Unos 90 millones de chicos menores de un año en el mundo viven en países en los que el padre no tiene derecho a un solo día d licencia de paternidad remunerada. Se trata de casi dos terceras partes del total de esa población, según un estudio de Unicef, algo que afecta el desarrollo futuro del niño.

Noventa y dos países carecen de políticas nacionales que garanticen que los padres dispongan del tiempo libre remunerado adecuado que necesitan para pasarlo con sus bebés recién nacidos, según el informe publicado por Doc Salud. En la región se ofrece licencia por paternidad remunerada, pero la mayoría son por un período relativamente corto de tiempo.

Concretamente en Argentina el régimen de licencias contempla 90 días para las mujeres y escasos 2 días corridos para los varones, siendo la licencia por paternidad más corta de la región. Además los permisos son heterogéneos, y el derecho de los chicos a ser cuidados por su familia en los primeros meses de vida varía según sus padres tengan un empleo público o privado.

Por otro lado, las licencias familiares son prácticamente inexistentes y no contemplan a padres adoptivos ni parejas del mismo sexo. No obstante existen en el Congreso algunos proyectos para ampliar las licencias de padres, y que el regreso de las madres al trabajo sea más gradual.

Según expresó Unicef, si bien los cambios propuestos en muchos casos todavía estarían por debajo de los estándares internacionales, en líneas generales establecen en el caso de licencia por paternidad que los padres obtengan entre 15 a 20 días para estar con sus hijos e hijas, ya que licencias más extendidas promueven mejores relaciones padre-hijo, contribuyen a modificar los estereotipos y a reducir la desigualdad de género en el hogar y en el trabajo.

“Tener desde el principio una interacción positiva y significativa con la madre y el padre contribuye a dar forma al crecimiento y el desarrollo del cerebro de los niños para el resto de sus vidas, lo que favorece que sean más saludables y más felices, y aumenta su capacidad de aprender. Es nuestra responsabilidad facilitar que puedan cumplir con esta tarea”, dijo la directora Ejecutiva de Unicef, Henrietta H. Fore.

La evidencia indica que cuando el padre se vincula con el bebé desde el comienzo en la vida tiene mayores posibilidades de desempeñar un papel más activo en el desarrollo de su hijo. Las investigaciones sugieren también que, cuando los niños interactúan positivamente con su padre, tienen una mejor salud psicológica, una mayor autoestima y más satisfacción vital a largo plazo.