Hacen sus necesidades, roban comida y muchas veces se pelean. Así se comportan los macacos en Malasia por lo cual las autoridades del gobierno han decidido, en primera instancia, levantar la prohibición de exportar estos animales por los problemas que causa su exceso de macacos en las ciudades.
Desde que en 1984 se prohibiera la venta al extranjero de los primates por la torturas a las que eran habitualmente sometidos en algunos laboratorios, su población ha aumentado hasta los 250.000 ejemplares en las urbes en todo el país. Parte del problema procede, según los expertos, de la intrusión de las ciudades en el hábitat de estos simios.
El ministro de Medio Ambiente malasio, Seri Azmi Khalid, calificó de inhumanas soluciones como la caza o la castración, pero señaló que la iniciativa más popular es el sacrificio selectivo por medios que no causen sufrimiento al animal.
Reconoció que hacen falta nuevas soluciones, ya que las medidas emprendidas hasta ahora por el Ejecutivo, como la reubicación de los macacos en hábitat salvajes, han fracasado.
Por su parte, la presidenta de la Liga Internacional para la Protección de Primates, Shirley MacGreal, advirtió de que los monos exportados de Malasia pueden ser utilizados en laboratorios chinos que experimentan con armas bioquímicas.
Entre 1959 y 1984, Malasia exportó 300.000 macacos de cola larga, muchos de los cuales fueron a parar a laboratorios militares en Estados Unidos.
Fuente: EFE