Dos de los escritores más famosos de Estados Unidos, John Irving y Stephen King, pidieron a la autora de los libros de Harry Potter, la británica J.K. Rowling, que no mate a su personaje principal en la que será la última novela del niño mago.

"Mis dedos están cruzados por Harry", destacó Irving en una conferencia de prensa previa a un acto de caridad en el que participaron los tres escritores.

Rowling está ya trabajando en el séptimo y último libro de la serie de Harry Potter y anunció hace unas semanas que dos de los personajes principales morirían.

Stephen King, autor de Carrie y Eterno resplandor, entre otras, dijo que confía en que Rowling sea "justa" con su héroe.

 "No quiero que él (Harry Potter) vaya a la catarata de Reichenbach", señaló King en referencia al lugar ficticio en el
que Arthur Conan Doyle intentó acabar con su mayor creación, Sherlock Holmes.

La presión de los seguidores del detective más famoso de la literatura obligó a Conan Doyle a resucitar a Holmes en un libro posterior.

La escritora británica, que ha vendido más de 300 millones de copias en todo el mundo de sus libros de Harry Potter, ha indicado que el último libro está ya en un proceso muy avanzado.

"Me siento bastante liberada –sostuvo–. Ahora puedo resolver la historia y es divertido de una forma que antes no lo era porque finalmente he llegado a una solución, y creo que a algunas personas lo odiarán y a otras les encantará, pero así es como debería de ser".

"Estamos trabajando con el final que tenía planeado, pero un par de los personajes principales que pensaba que iban a sobrevivir han muerto y otro ha sido indultado", comentó Rowling.