Desde este jueves se puede efectuar el traspaso desde el sistema provisional privado o “de capitalización”, al estatal o “de reparto”, y si bien hay tiempo hasta el 31 de diciembre para concretar el trámite, muchos afiliados (entre los 15 millones que están en condiciones de pasarse) ya comenzaron a averiguar qué opción le conviene más.
De esa cifra, los únicos que deberán explicitar su deseo de continuar en una Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) son los hombres de 55 años y las mujeres de 50 o más que tengan menos de 20 mil pesos en sus cuentas de capitalización. Estos trabajadores, según establece la reforma previsional, serán traspasados en forma automática al Estado, como un medio de garantizarles el acceso a una jubilación mínima. Por eso, quienes se encuentran en esta condición e igual deseen continuar en una AFJP deberán comunicar su decisión expresamente ante la Administración Nacional de seguridad Social (Anses).
A pesar de que es público el desfinanciamiento que sufrieron las cajas de jubilaciones estatales, muchos aportantes del sistema de capitalización se sintieron defraudados ante la falta de claridad en el manejo del dinero, la fluctuación de las comisiones y las consecuencias nefastas del cambio de los bonos en default por otros en pesos que el gobierno debía pagar el Estado. En los primeros 10 años se existencia, desde la aparición de las AFJP en 1994, la Superintendencia de AFJP registró 15.055 reclamos contra las administradoras, 7.841 correspondientes a beneficiarios y 7.214 de los afiliados.
Este descontento bastante generalizado entre los afiliados hizo que las administradoras se lanzaran a la caja de sus aportantes para evitar la huída en masa y la consecuente descapitalización de las empresas.
Los argumentos, a veces explicitados en forma verbal y otras disparados como trascendidos, apuntan a sembrar al menos desconfianza sobre las bondades del pasaje al Estado. Según pudo saber Rosario3.com en base a consultas a quienes ya iniciaron el trámite, las estrategias son:
* Se siembran dudas en torno al futuro de los aportes que los afiliados hayan hecho hasta la fecha en sus AFJP. Según establece la ley, los trabajadores que opten por pasar al Estado, mantendrán los aportes ya efectuados en la AFJP y posteriormente, cuando llegue el momento de jubilarse, esos aportes se computarán junto con los que hizo al Estado.
* También se cuestiona la solvencia del sistema de Reparto que, según las AFJP, se vería afectada negativamente en la medida en que se pasen más afiliados. Sostienen que una mayor cantidad de aportantes al sistema de Reparto dotará de mayores recursos al sistema previsional en ciclos de expansión económica, pero al mismo tiempo significará un mayor volumen de pasivos a solventar en el futuro, con la consiguiente dificultad para responder a todos por igual.
* Ponen en tela de juicio la Prestación Adicional por Permanencia (PAP) que, según se anunció, beneficiará a los aportantes al sistema público, con un piso que se elevó a 45 por ciento del promedio de los sueldos de los últimos 10 años. Según algunas AFJP ya se encargaron de explicar a sus actuales afiliados, esa prestación adicional no está garantizada, sobre todo en el caso de afiliados jóvenes con carreras laborales cortas y escalas salariales crecientes
* El fantasma de la inflación quizás sea el argumento más fácil de instalar, sobre todo porque para temerle no hay que hacer demasiada memoria. Las AFJP dicen a sus aportantes que sin protección contra la inflación, la promesa del 45 por ciento al 49,5 por ciento, con 40 años de aportes, sobre el salario promedio de los últimos años, hecha por el Estado, es demasiado frágil.
En todos los casos, el consejo de los abogados especialistas en temas provisionales, antes de materializar el traspaso, es tomar el tema con calma, informarse, consultar en forma personalizada para poder decidir en cada caso lo más conveniente y no apurarse.
De esa cifra, los únicos que deberán explicitar su deseo de continuar en una Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) son los hombres de 55 años y las mujeres de 50 o más que tengan menos de 20 mil pesos en sus cuentas de capitalización. Estos trabajadores, según establece la reforma previsional, serán traspasados en forma automática al Estado, como un medio de garantizarles el acceso a una jubilación mínima. Por eso, quienes se encuentran en esta condición e igual deseen continuar en una AFJP deberán comunicar su decisión expresamente ante la Administración Nacional de seguridad Social (Anses).
A pesar de que es público el desfinanciamiento que sufrieron las cajas de jubilaciones estatales, muchos aportantes del sistema de capitalización se sintieron defraudados ante la falta de claridad en el manejo del dinero, la fluctuación de las comisiones y las consecuencias nefastas del cambio de los bonos en default por otros en pesos que el gobierno debía pagar el Estado. En los primeros 10 años se existencia, desde la aparición de las AFJP en 1994, la Superintendencia de AFJP registró 15.055 reclamos contra las administradoras, 7.841 correspondientes a beneficiarios y 7.214 de los afiliados.
Este descontento bastante generalizado entre los afiliados hizo que las administradoras se lanzaran a la caja de sus aportantes para evitar la huída en masa y la consecuente descapitalización de las empresas.
Los argumentos, a veces explicitados en forma verbal y otras disparados como trascendidos, apuntan a sembrar al menos desconfianza sobre las bondades del pasaje al Estado. Según pudo saber Rosario3.com en base a consultas a quienes ya iniciaron el trámite, las estrategias son:
* Se siembran dudas en torno al futuro de los aportes que los afiliados hayan hecho hasta la fecha en sus AFJP. Según establece la ley, los trabajadores que opten por pasar al Estado, mantendrán los aportes ya efectuados en la AFJP y posteriormente, cuando llegue el momento de jubilarse, esos aportes se computarán junto con los que hizo al Estado.
* También se cuestiona la solvencia del sistema de Reparto que, según las AFJP, se vería afectada negativamente en la medida en que se pasen más afiliados. Sostienen que una mayor cantidad de aportantes al sistema de Reparto dotará de mayores recursos al sistema previsional en ciclos de expansión económica, pero al mismo tiempo significará un mayor volumen de pasivos a solventar en el futuro, con la consiguiente dificultad para responder a todos por igual.
* Ponen en tela de juicio la Prestación Adicional por Permanencia (PAP) que, según se anunció, beneficiará a los aportantes al sistema público, con un piso que se elevó a 45 por ciento del promedio de los sueldos de los últimos 10 años. Según algunas AFJP ya se encargaron de explicar a sus actuales afiliados, esa prestación adicional no está garantizada, sobre todo en el caso de afiliados jóvenes con carreras laborales cortas y escalas salariales crecientes
* El fantasma de la inflación quizás sea el argumento más fácil de instalar, sobre todo porque para temerle no hay que hacer demasiada memoria. Las AFJP dicen a sus aportantes que sin protección contra la inflación, la promesa del 45 por ciento al 49,5 por ciento, con 40 años de aportes, sobre el salario promedio de los últimos años, hecha por el Estado, es demasiado frágil.
En todos los casos, el consejo de los abogados especialistas en temas provisionales, antes de materializar el traspaso, es tomar el tema con calma, informarse, consultar en forma personalizada para poder decidir en cada caso lo más conveniente y no apurarse.