La muerte de la modelo uruguaya de 22 años, Luisel Ramos, quien falleció en pleno desfile supuestamente por no haber ingerido alimentos durante tres días, reabrió la discusión sobre los extremos a los que son conducidas quienes quieren ocupar un lugar en el mundo de la moda. Pero el fenómeno no sólo afecta a las modelos: la presión social por "ser flaca" y encajar en el molde de una supuesta perfección corporal empuja a muchas mujeres a trastocar su régimen alimentario (hasta con vertirlo en una enfermedad).

 

Rosario no es la excepción. Según los especialistas, el panorama es preocupante. “En los últimos tres meses –cuenta Víctor Schvartz, coordinador del Área Alimentación Saludable de la Secretaría de Salud Pública Municipal– hemos recibido pacientes con diversos trastornos alimentarios de edades inferiores a las que estábamos acostumbrados. Hasta hace un par de años, venían chicas de más de 17 años con problemas de bulimia o anorexia. Hoy, son menores de 15” . Esta situación, según los profesionales, cambia el abordaje y el pronóstico porque las pacientes atraviesan otra etapa de su desarrollo.

 

“Otra característica para destacar –señala Schvartz– es que es común que las niñas con trastornos alimentarios vengan acompañadas por sus madres, que también padecen alguna de estas enfermedades, de manera que el problema tiene raigambre familiar, no sólo social”.

 

Las jóvenes llegan a veces en estado de avanzada desnutrición o descompensadas por deshidratación. Entre las de menor edad predomina la anorexia (etimológicamente: "sin hambre o sin deseo", enfermedad mental por lo cual la paciente tiene una imagen distorsionada del propio cuerpo (dismorfofobia) y se ve a sí misma gorda). En tanto, entre las pacientes mayores predominan los casos de bulimia (la palabra bulimia proviene del griego y significa "mucha hambre").

 

Las clases sociales a las que pertenecen quienes padecen estos trastornos son variadas, pero “hay que aclarar –dice Schvartz– que acá no hablamos de los casos de mala alimentación por falta de recursos económicos. Las causas del déficit alimentario son otras, de índole psicológica y psiquiátrica".

 

Una causa de la gran cantidad de casos de bulimia y anorexia que se registran en Rosario tiene que ver con el hecho de que l os trastornos en la conducta alimentaria son más comunes en los grandes centros urbanos que en los pueblos o localidades pequeñas lejanas de las urbes. La respuesta es simple: en las ciudades el modelo del físico ideal y las pautas de consumo y moda se establecen desde la publicidad y los medios de difusión que a su vez están en mayor contacto con los consumidores y compradores.

 

Otro tema que preocupa, vinculado a este fenómeno, es lo difícil que resulta conseguir que las obras sociales cubran en Rosario los tratamientos para estas enfermedades, que son cada vez más frecuentes. Si bien se hacen cargo de la consulta, no cubren los tratamientos posteriores que implican la participación de profesionales de diferentes disciplinas.