El seguimiento de 65 años a partir de un estudio sobre los hábitos alimentarios de las familias iniciado en 1937, ratifica la creencia de que los productos lácteos y la dieta rica en calcio influyen de forma positiva en la longevidad de las personas.

Un equipo de expertos del Instituto de Investigación Médica de Queensland, ubicado en Brisbane, Australia, y del Departamento de Medicina Social de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, llevó cabo ese seguimiento de 65 años, a partir de un estudio iniciado en 1937. Niños de 1.343 familias en Inglaterra y Escocia participaron entre 1937 y 1939 en un estudio sobre el consumo familiar de alimentos.

El equipo internacional de investigadores logró averiguar qué había sucedido con 4.374 de estos niños entre 1948 y 2005. En el año 2005, 1.468 (el 34 por ciento) de ellos habían muerto. Entre las causas de los fallecimientos, figuran las enfermedades coronarias con 378 muertes, y el derrame cerebral con 121 muertes.

Los investigadores centraron su atención en dos cuestiones principales: las muertes por derrame cerebral y las causadas por enfermedades cardiovasculares. Y analizaron las asociaciones entre el consumo total de productos lácteos y la mortalidad, así como las asociaciones entre grupos de alimentos lácteos individuales y la mortalidad. Bastantes de los factores de riesgo de las enfermedades cardíacas y circulatorias comienzan a presentarse en la niñez, y en realidad son pocas las evidencias que existen sobre el efecto del consumo de productos lácteos.

Los investigadores han encontrado que no existe en los sujetos estudiados una evidencia clara de que el consumo de productos lácteos estuviera asociado con enfermedades coronarias o muertes por derrame cerebral.

En cuanto al consumo de calcio en la niñez, aparece asociado de forma inversa con la mortalidad por derrame cerebral, pero no con la mortalidad por enfermedades cardíacas. Se detectó que los niños que estaban en el grupo que tenía el mayor consumo de calcio y de productos lácteos tenían tasas de mortalidad más bajas que las de los grupos con menor consumo.

Los niños cuyas dietas familiares en los años 30 eran ricas en calcio tenían menor riesgo de muerte por derrame cerebral. Además, las dietas ricas en productos lácteos o calcio en la niñez estaban asociadas con una menor mortalidad en la etapa adulta considerando cualquier causa.

Sin embargo, tal como advierten los autores del estudio, se necesita repetir el estudio en otras poblaciones debido a que otros factores, como las diferencias socioeconómicas, explican parte de estos descubrimientos.

Fuente: Tendencias 21