En marzo de 2005, despuntaba el torneo Clausura de la temporada ‘05-‘06 y había un equipo que era sensación: Rosario Central. El elenco del interminable Ángel Zof tuvo un arranque de ensueño en ese certamen que al cabo terminó en poder de Vélez, y con la victoria que vamos a repasar en este artículo, 3 a 1 ante San Lorenzo y por la sexta fecha de esa competencia, alcanzó provisoriamente la punta de la tabla de posiciones.
Este juego, que se disputó en la noche del 19 de marzo, tuvo varias particularidades. Una de ellas, que brilló un tal Pablo Vitti: el delantero se despachó con dos golazos y entró con todo en la escena del fútbol nacional. Además, Emiliano Papa llegó a los cien partidos en Primera; para el Cuervo no jugó Eduardo Coudet, por una cláusula en su contrato exigida por el propio Chacho en la que pedía no jugar contra el club de sus amores; y por último, la exigencia del público azulgrana, que sufría por las cuatro derrotas en cinco presentaciones.
El Nuevo Gasómetro fue el escenario de este choque, que empezó ganando Central a los 18 minutos del primer tiempo. El actual delantero de Independiente, Pablo Vitti, tomó en tres cuartos de cancha un largo saque de arco del arquero Ojeda; luego, en el área, con dos amagos dejó en ridículo a Bottinelli, y definió picando la pelota por encima de Ramírez. Golazo para plasmar en el marcador la superioridad auriazul en el trámite.
Pero si bien el 1 a 0 fue el resultado con el que acabó el primer tiempo, la formación dirigida por el Bambino Veira llegó a la igualdad a los 10 del complemento. Pablo Michelini metió un cabezazo esquinado dentro del área visitante, y dejó las cosas como al principio. Con ese tanto, el vértigo aumentó. Ambos tuvieron ocasiones para desnivelar: primero, casi se pone arriba San Lorenzo, vía Santana. Central llegó, de nuevo, más y mejor: estuvo cerca con Rivarola y un tiro de Raldes que Ramírez contuvo en dos tiempos. Hasta que apenas pasada la media hora, llegó el segundo.
A los ’32, el debutante paraguayo Mauro Monges, que había ingresado solo seis minutos antes, ejecutó un tiro libre largo, cruzado y a rastrón que nadie pudo desviar. Ni siquiera el guardameta del Ciclón, que observó horrorizado cómo el pleito se ponía 2 a 1 para la alineación rosarina. Y aprovechando el envión, a los ’39, otra vez Pablo Vitti dijo presente para cerrar el cotejo: espléndida definición con sutil toque cruzado, desatando la locura y el asombro de los hinchas canallas, felices por la irrupción volcánica de lo que pintaba para ser un nuevo juvenil de oro de la cantera.
Así culminó aquella noche feliz para los centralistas en el Bajo Flores. El 3 a 1 provocó una catarata de insultos al Bambino y sus muchachos, que encima habían empatado los dos encuentros por Copa Libertadores; en cambio, para los de Arroyito el torneo se insinuaba bastante agradable, pese a que en el transcurso de las fechas se desinfló y terminó en una buena cuarta posición con 31 puntos, a 8 del Fortín campeón. Ah, y volvió a ganarle a San Lorenzo después de diez partidos: el último triunfo había sido un 3 a 2 el 18 de diciembre de 1994.
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