Las tareas complejas, como los juegos de malabares, producen cambios importantes en la estructura del cerebro, según una nueva investigación llevada a cabo en Reino Unido.  Los científicos de la Universidad de Oxford -que publican su investigación en Nature Neuroscinece- encontraron un aumento de 5% en la materia blanca cerebral.

La materia blanca es una parte del cerebro formada por fibras nerviosas que contienen mielina, la sustancia que permite transmitir más rápido los impulsos nerviosos. Los investigadores esperan que estos resultados ayuden a desarrollar tratamientos para enfermedades como la esclerosis múltiple, en las que los conductos del sistema nervioso central se degeneran.

"Tendemos a pensar que nuestro cerebro se vuelve estático, o incluso comienza a degenerarse cuando llegamos a la adultez" afirma la doctora Heidi Johansen-Berg, quien dirigió el estudio en el Departamento de Neurología Clínica de la Universidad de Oxford.

"De hecho, descubrimos que la estructura del cerebro puede cambiar. Demostramos que es posible que el cerebro acondicione su propio sistema de conexiones neuronales para operar de manera más eficiente" afirma.

La materia blanca del cerebro contiene grupos de fibras largas que transmiten impulsos eléctricos de una neurona a otra. Estudios previos han demostrado que el aprendizaje y práctica de nuevas habilidades, como los juegos de malabarismo, que utilizan la parte visual motora del cerebro, pueden conducir a cambios en la materia gris, donde ocurre el procesamiento y la computación cerebral. Pero no se sabía si estas prácticas podrían también tener un impacto en la materia blanca.

En el nuevo estudio, los científicos utilizaron un método llamado imágenes de resonancia magnética de difusión (RMD), que puede medir el movimiento de las moléculas de agua en el tejido cerebral, para ver si los malabarismos podrían cambiar la materia blanca del cerebro.

Los individuos que participaron en el estudio fueron entrenados durante seis semanas y sometidos a escáneres cerebrales antes y después del experimento. Los participantes, 24 adultos jóvenes sanos, ninguno de los cuales podía hacer malabarismo, fueron divididos en dos grupos.

Uno de los grupos recibió sesiones de entrenamiento semanas en el arte del malabarismo durante seis semanas y se le pidió que practicara durante 30 minutos cada día. El otro grupo siguió su vida normal.

Después del entrenamiento, los 12 malabaristas fueron capaces de realizar al menos dos ciclos continuos de la clásica cascada de tres pelotas. Ambos grupos fueron sometidos a escáneres de RMD antes y después del entrenamiento. A las seis semanas, se encontró en el cerebro de los malabaristas un aumento de 5% en la materia blanca de la sección posterior del cerebro llamada sulcus intraparietal.

Los investigadores encontraron una gran variación en la capacidad de los voluntarios para hacer malabarismos, pero todos mostraron cambios en la materia blanca. El equipo de Oxford afirma que esto quizás se debe al tiempo que pasaron entrenando o practicando, y no al nivel de habilidad lograda.

Según la doctora Johansen-Berg "las imágenes de resonancia magnética son una forma indirecta de medir la estructura del cerebro así que no podemos estar seguros de qué es lo que está cambiando exactamente cuando esta gente aprende".

"Futuras investigaciones deben mostrar si estos resultados reflejan cambios en la forma o número de fibras nerviosas, o crecimiento en la capa aislante de mielina que rodea a las fibras".

"Elegimos esta tarea puramente como una práctica compleja que conduce a que la gente aprenda nuevas habilidades", afirma la científica. Los investigadores afirman que este trabajo puede tener aplicaciones clínicas pero en un futuro lejano.

Fuente: BBC Ciencia