Científicos holandeses han descubierto que la leche de coneja genéticamente modificada podría tener efectos positivos para quienes padecen enfermedades cardiovasculares, según informa el diario británico "The Times".

La primera en comenzar a producir este tipo de leche es una granja de Holanda, en la que los conejos han sido genéticamente modificados para incluir un gen humano y el contenido de una proteína, el inhibidor C1.

La proteína C1 ayuda a controlar las inflamaciones en el cuerpo, por lo que los bajos niveles de la misma pueden ser perjudiciales para la salud.

Hasta ahora esa proteína se extraía de la sangre humana y de la de otros animales, pero resulta muy caro obtenerla y conlleva el riesgo de infectarse con virus como el del sida o el CJD, variante humana de la llamada "enfermedad de las vacas locas".

La leche de coneja modificada, probada ya en unos 200 pacientes, ayudaría a evitar el rechazo en trasplantes de órganos y a la regeneración de los tejidos dañados tras un derrame cerebral, infartos y accidentes de tráfico, además de servir para tratar trastornos hereditarios del sistema inmunológico como la angioedema, causada por la falta de C1.

"Hay gran demanda de este producto y nosotros podemos producirlo a bajo costo en cantidades ilimitadas", señala Sijmen de Vries, director ejecutivo de Pharming, compañía biotecnológica que lleva a cabo el proyecto.

Para Hilary Longhurst, una inmunologista del hospital Barts de Londres, "esta terapia transformará la vida de los pacientes". Este tipo de leche genéticamente modificada está a la espera de recibir luz verde de los reguladores sanitarios europeos y, si se aprueba, comenzará comercializarse a finales de este año.

Fuente: EFE