Pedro Robledo

Mientras los músicos se iban acomodando, la voz en off de Andy Kusnetzoff relataba la historia de Alejandro Lerner en un lenguaje simple y llano. De fondo se mostraban imágenes de los momentos más relevantes.

El arranque fue intenso. Con una versión rockera de "Por un minuto de amor", Lerner apareció tocando un disparador midi en diálogo con la guitarra de Gringui Herrera.

Ya instalado en su piano de cola, Lerner versionó conocidas baladas en formato de rock, como a "Algo de mí en tu corazón", una canción que despertó la primera ovación. "Hay gente muy joven acá, este tema es muy antiguo, quizás no lo conocen", bromeó.

Luego propuso una mirada instropectiva con ""Mira hacia tu alrededor", en versión acústica, con sonidos folklóricos cercanos al huayno y a la cumbia, con climas norteños aportados por el charango.

En un momento del show, reconoció lo dificultoso de la tarea de armar repertorio para repasar treinta años, al mismo tiempo que prometió cumplir con todos los insistentes pedidos para agradecer el apoyo que Rosario le dio desde sus comienzos.

En su caso, se trata de canciones simples, muy efectivas, remozadas para la ocasión, re-elaboradas como "Hay algo que te quiero decir", que esta vez fue en versión reggae.

El show incluyó la emisión en pantalla de saludos de prestigiosos colegas como Armando Manzanero y los Air Supply que lo felicitaban por los treinta años de carrera y le deseaban "que salga bien el show en Buenos Aires".

Además de Gringui Herrera (ex-Abuelos de la Nada), en los coros estuvo su esposa Marcela García Ibáñez (madre de Luna, su primera hija), quien fue la destinataria de "Verte sonreir", tema de "Enojado", el disco con el que obtuvo nominaciones al Grammy.

En el bajo estuvo Gustavo Luciani, nacido en Venado Tuerto, un músico que en Rosario participó en discos de Daniel Martina.

"La isla de la buena memoria", significó un conmovedor alegato anti-bélico dedicado a los caídos en Malvinas, seguido con profundo silencio y luego aplaudido de pie en forma sostenida.

El momento reflexivo continuó con "Campeones de la vida", con intro tanguera. "Tenemos derecho a expresarnos. Que nos dejen laburar en paz, es un derecho que nos ganamos", sostuvo con firmeza.

También dejó espacio para un par de canciones escritas recientemente como "Llueve" (estrenada en Villa María) y "Sueños de elefante" que estará en el disco que está grabando y en donde reivindica el derecho a soñar.

"Amarte así", "Mil veces lloro", "No hace falta", "Juntos para siempre", resultaron ineludibles ante el reclamo del público.

Para los bises eligió "Todo a pulmón" ( un merecido reconocimiento a Juan Alberto Badía), "Volver a empezar" y "Canción de fama para no dormirse".

Fueron dos horas y media de entrega total, con un gran despliegue técnico que contó con la adhesión incondicional de un público que disfrutó de sentirse parte de la rica historia que ubicó a Alejandro Lerner en el sitial de privilegio que hoy ocupa en la escena de la música popular argentina.