Líbano aplazó una vez más, ya es la séptima, la elección de su nuevo presidente.
La situación del país es complicada ya que permanece acéfalo desde el 24 de noviembre y no se han dado explicaciones sobre este último aplazamiento, confirmado por el portavoz de la presidencia del Parlamento libanés, Mohamed Balut.
Entre los favoritos, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Michel Suleiman, es el mejor colocado. El problema es que para que pueda acceder al puesto debe reformarse primero la constitución libanesa.
El nombre de Suleiman ha sonado con fuerza en las últimas semanas como posible candidato a la jefatura de Estado y ya ha recibido el apoyo oficial de la mayoría antisiria.
Pero para que eso sea posible se debe reformar la constitución, ya que la Carta Magna estipula en su artículo 49 que para que un alto cargo de la República pueda ocupar otro puesto de responsabilidad tienen que transcurrir dos años entre la renuncia al primer cargo y la aceptación del segundo.
Además, el dirigente de la oposición, Michel Aoun, ha reiterado la necesidad de alcanzar un acuerdo político entre las distintas partes antes de reformar la Constitución para que Suleiman sea presidente.
Aoun ha puesto una serie de condiciones previas como que el mandato del nuevo presidente sea de dos años en lugar de seis y que el primer ministro libanés sea elegido por consenso.
El Líbano está sin jefe de Estado desde el pasado 24 de noviembre, fecha en la que expiró el mandato de Emile Lahud.