Yamila, la joven acusada por la muerte de su bebé cuando tenía 19 años fue puesta en libertad ya que cumplía libertad domicialiaria. La jueza Marisol Usandizaga dispuso la "inmediata libertad" de la joven madre que en 2012 tuvo un parto en avalancha en el baño de su casa y luego, el bebé fue hallado sin vida. La decisión de levantar la prisión domiciliaria que cumplía la mujer se debió a que la condena de septiembre pasado -a nueve años de prisión, por abandono de persona seguido de muerte- fue apelada por sus abogadas y también por la fiscal Cristina Herrera, quien pidió la absolución por el beneficio de la duda. Aún resta esperar que la Cámara Penal resuelva la cuestión de fondo con respecto a la sentencia.

Según publica el diario Rosario12, a más de cuatro años del hecho, una nueva fiscal tomó el expediente y cuestionó la existencia de certezas de que Yamila haya dejado en el baño de su casa a un bebé con vida o muerto, aquella mañana de marzo de 2012, cuando tenía 19 años y una nena de 14 meses.

En su defensa, la joven dijo que el parto se dio durante una descompostura, que vio "caer" al bebé envuelto en la placenta, que la rompió con sus manos y creyó que su hijo estaba sin vida; lo puso en una bolsa y lo dejó sobre el lavarropas, mientras intentaba limpiar la sangre de una fuerte hemorragia. Sin embargo, nada les dijo a sus padres, a quienes ocultó el embarazo y el parto.

Tras estar descompensada por la pérdida de sangre, su papá la trasladó a un sanatorio, y recién allí le reveló lo sucedido porque su madre la llamó para preguntarle qué había en el baño. "Soy inocente, yo no lo maté. Se me cayó de tanto hacer fuerza para vomitar. Esa noche comí algo que me hizo mal. Me impulsé hacia el inodoro, hice fuerza para devolver y ahí se cayó todo. Rompí la bolsa, y bueno, vi que estaba muerto. Me empecé a sentir mal y no sabía dónde ponerlo. Había una bolsa, lo dejé ahí y lo metí adentro del lavarropas porque no lo quería dejar en el suelo, ni en la bacha", declaró.

Usandizaga consideró que todo lo que dijo fue "mentira" y hace dos meses la condenó a nueve años de prisión por el delito de abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo. En el fallo la trató de "manipuladora" y criticó a las ONG de mujeres que reclamaron su absolución durante todo el proceso.

En octubre, la causa cambió de fiscal -por el traspaso de funcionarios que genera el nuevo sistema penal- y Herrera no estuvo de acuerdo con la solicitud de condena de sus antecesoras: pidió la absolución, basada en el artículo 405 del Código Procesal Penal, que indica que el Ministerio Público Fiscal puede dictaminar a favor del imputado pese a dictámenes contrarios anteriores.

De acuerdo a lo que informa el diario este viernes, una de las cuestiones que consideró la fiscal es que la autopsia determinó que "el recién nacido respiró fuera del seno materno", ya que tenía los pulmones expandidos; y arrojó que "la muerte fue causa de una acción traumática que, probablemente por efecto de aceleración y desaceleración, ocasionó lesiones encefálicas graves". Sin embargo, el forense refirió que si lo llevaban a un efector quizás sobrevivía, pero no dio certeza. Por eso, preguntó si el bebé se encontraba con vida o ya había fallecido cuando fue dejado en la bolsa: no encontró evidencia certera que haga que Yamila pierda el estado de inocencia, ya que para que se configure el delito de abandono de persona no debe haber dudas de que la víctima estaba con vida cuando fue abandonada.

Así, ante la no existencia de una pretensión punitiva, la defensa de Yamila pidió, la semana pasada, el cese de la prisión preventiva. Anteayer, por la tarde, la joven fue notificada de su libertad, aunque sigue a la espera de una absolución.