Líderes mundiales arribaban por estas horas a San José de los Cabos, en el Estado mexicano de Baja California, para participar de la séptima Cumbre del Grupo de los 20. La reunión, que comienza esta lunes, brindará a las mayores economías emergentes la posibilidad de hacerse oír e influir en la crisis europea, que ha sembrado de tensiones la economía global, según varios expertos.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner; su par brasileña, Dilma Rousseff; y el nortemericano, Barack Obama; son algunos de los que confirmaron su presencia para participar de las reuniones.

Cristina llegó a las 15.05 (18.05 hora argentina) a México y 40 minutos más tarde se instaló en el hotel Fiesta Americana, el complejo en el que se hospedará durante su estadía.

Integran la delegación presidencial el canciller Héctor Timerman, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino; el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro, y la embajadora argentina en México, Patricia Vaca Narvaja.

Otros mandatarios como Felipe Calderón (México), Sebastián Piñera (Chile) y Juan Manuel Santos (Colombia), también se alojan en el mismo complejo hotelero.

La mandataria argentina arribó a esta ciudad mexicana procedente de Nueva York, donde participó entre el jueves y el viernes pasados de la Reunión del Comité de Descolonización de la ONU y fue la principal oradora de un encuentro organizado por el Consejo de las Américas.

La única actividad que tenía prevista para la jornada del domingo es una cena que ofrecía el presidente Felipe Calderón a los mandatarios presentes, en el marco previo de la Cumbre del G-20 que comenzará este lunes.

En lo que respecta a los encuentros bilaterales, Cristina tiene agendados dos: con su par ruso Vladimir Putin y con el flamante jefe de gobierno francés, François Hollande.

Voz emergente

La Cumbre del G20 en Los Cabos brindará a las mayores economías emergentes la posibilidad de hacerse oír e influir en la crisis europea.

"El que México y algunos en el G20 empujen a una visión de largo plazo, creo que es algo de celebrar", dijo a la agencia Efe en entrevista el director adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en México, Juan Carlos Moreno Brid.

El economista explicó que es claro que los principales países emergentes, Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica, los BRICS, así como el anfitrión, México, "no es que lleguen con una agenda única" a la cita del G20 en Los Cabos, pero pueden compartir el interés por que "se discuta una agenda de desarrollo de largo plazo".

"El problema que estamos viendo hoy es que lo importante y lo urgente tienden a mezclarse de manera tal que lo importante de largo plazo es subsumido en las crisis de corto plazo", asociada con los problemas de deuda y económicos en la Eurozona, explicó.

En este contexto, Brid sostuvo que "puede ser un buen momento para presionar para una nueva perspectiva a la resolución del problema de la economía europea", más asociado a un relanzamiento del crecimiento que a las políticas de austeridad y corrección de las finanzas públicas dominantes hasta ahora.

"En la medida en que el G20 tenga o tuviese capacidad de decisión importante sobre los derroteros, digamos, de Europa, eso sería una gran cosa", apuntó.

No obstante, Moreno Brid puso en duda que las decisiones del G20 tengan un impacto real debido al carácter no vinculante de las mismas en un foro que sigue siendo un mecanismo informal de encuentro entre desarrollados y emergentes.

Pese a ello recordó que la economía mundial enfrenta el reto de construir "una nueva arquitectura (financiera) internacional", una de las cinco prioridades de México de la cumbre.

El experto en relaciones internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Rafael Fernández de Castro, espera que el G20 "se centre en el problema europeo" y que en ese contexto las economías en desarrollo más pujantes contribuyan a que las afectadas "pongan la casa en orden" de una vez.

Cree que el G20 puede "convertirse en el mecanismo principal para lograr el impulso a la resolución" de los problemas de la Eurozona, que ya afectan a los emergentes pese a no ser ellos los causantes de la crisis.

Al respecto, confió en que la "muy buena tradición multilateral" de México y la trayectoria diplomática del presidente Felipe Calderón puedan ayudar a conciliar visiones, como ya sucedió en la XVI Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático de Cancún (COP16) en 2010.

A más largo plazo cree que "a México y a los emergentes claramente les conviene que el G20 se convierta en el verdadero coordinador de las finanzas internacionales, de los problemas globales económicos, y deje de serlo el Grupo de los Ocho (G8), donde no participan", agregó.

Sobre la cumbre, el economista del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) Alejandro Villagómez anticipó que algunas de las economías en desarrollo más pujantes podrían comprometerse a ampliar sus cuotas en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de ese modo apoyar posibles iniciativas multilaterales de rescate.

En concreto, y ante los acontecimientos de la Unión Europea (UE), Villagómez deseó que de Los Cabos se salga con "una ruta crítica" para superar la crisis, no con "una declaración de buenas intenciones" nada más, pese a ser ello más probable que suceda en las citas del Eurogrupo los próximos días 21 y 22 o en el Consejo de líderes europeos del 28 y el 29 de este mes en Bruselas.

Finalmente, el director ejecutivo de Oxfam-México, Carlos Zarco, confió en que en Los Cabos las economías emergentes del planeta promuevan "una agenda social para que se entienda que ningún modelo económico sin política social tiene futuro".

Hizo votos para que, en ese contexto, estos países menos desarrollados hagan además ver a los industrializados la perentoria necesidad de concretar medidas como la reforma de las instituciones multilaterales, la supresión de los paraísos fiscales y una lucha más decidida contra el cambio climático