"Evidentemente, había más entradas que las habilitadas". El intendente Miguel Lifschitz se sumó este martes al mediodía a la polémica generada por la decisión de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) de cerrar las puertas del Gigante antes de lo previsto y dejar fuera del estadio a cerca de dos mil personas que habían comprado sus tickets para ver el partido Argentina-Brasil.
"Nuestra obligación era garantizar el operativo de acceso, de tránsito y control urbano. Hicimos como siempre en cualquier evento deportivo, no hubo nada especial", planteó el socialista, quien subrayó que "la venta de entradas y asignación de espacios le correspondían exclusivamente a la AFA".
En la misma línea había hablado más temprano el secretario de Gobierno, Horacio Ghirardi, quien aseguró que la entidad organizadora del partido de Argentina y Brasil deberá dar cuenta de las responsabilidades que le caben por las personas que quedaron, con sus tickets en mano, afuera del estadio. "La AFA no estuvo a la altura de las circunstancias", evaluó en contacto con Radio 2, en relación a la venta de entradas apócrifas que dejaron cerca de dos mil personas fuera de la cancha.
Desde la AFA intentaron desligarse de cualquier responsabilidad por lo ocurrido el sábado en el Gigante de Arroyito. Desde la asociación de fútbol manifestaron que "la policía y la Municipalidad tenían que dar respuesta a lo sucedido". El vocero de la entidad organizadora del encuentro deportivo negó que se hubieran dado órdenes de cerrar las puertas y deslizó que la fuerza de seguridad y el municipio dispusieron la medida porque tenían esos sectores a su cargo.
"Esto es responsabilidad absoluta y total de la AFA. Sobre lo que podría haber sucedido con entradas falsificadas que ingresaron al estadio que personal de la entidad controlaba al entrar. El hecho de la gente que quedó afuera, a pesar de haber comprado las entradas depende de la entidad organizadora del evento. ¿Si no le cabe la responsabilidad a la AFA a quien le cabe?", señaló Ghirardi. Y abundó: "El municipio tenía la responsabilidad que le cabe en cualquier espectáculo público, que es revisar las medidas de seguridad del estadio y notificar a la AFA y a la policía cuando el estadio estaba completo".
Por su parte, desde la AFA recalcaron en la visita previa que se hizo a Rosario la Municipalidad había asegurado que su tarea sería controlar los accesos. "Es evidente que la AFA no estuvo a la altura de las circunstancias. Ni el municipio, ni la policía determinó cerrar las puertas. Nunca podríamos haber hecho algo así, si ni siquiera podíamos cambiar un cenicero de lugar en la sala de prensa porque todo dependendía de la AFA", apuntó.
Por último, Ghirardi reclamó que la asociación se haga cargo de responderle a la gente danmificada y pidió que todos los que no pudieron entrar teniendo los boletos se presenten a denunciar el hecho. "Me parece correcto investigar a través de la Justicia, pido a los que quedaron afuera con entradas legítimas que declaren y que la AFA responda y que como mínimo reintegre el dinero", concluyó.
En este sentido, Osvaldo Toledo, jefe de la policía, coincidió con Ghirardi. "Trabajamos de forma conjunta a medida que se iban cubriendo los espacios. El municipio conoce la capacidad disponible y lo que hacía es ir informando a la policía cuando la capacidad del lugar y se anunció cuando ya estaba superado", dijo.