Lifschitz, irónico: “Que vuelvan los Midachi”

Aunque prefiere a Les Luthiers, a Miguel Lifschitz le gustaría volver a ver a los Midachi juntos. El senador rosarino bromeó con el regreso del trío de humor, uno de cuyos miembros, Miguel Del Sel, es su principal rival en las próximas elecciones. Por Radio 2, señaló las deudas pendientes del partido de la rosa, entre ellas, la seguridad y la falta de obra pública en los barrios.

Lifschitz desayunó este martes en el estudio de Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra, y habló de los comicios que se vienen. “Que vuelvan los Midachi”, ironizó.

Lejos de las tablas, Del Sel –el más votado de las Primarias– parece complicar al PS que busca con el ex intendente rosarino continuar al frente de la Casa Gris.

Lifschitz destacó las dotes actores de su tocayo macrista y se desmarcó: apuntó a su larga experiencia en la gestión y recordó que en política, “se hizo desde abajo”. Enfatizó que hace más de 20 años que camina con el socialismo y señaló que antes de tomar las riendas de la ciudad pasó por varios cargos que lo ayudaron a ganar experiencia y conocimiento, a “templar” su carácter y a buscar siempre el equilibrio.

Señaló que el Congreso de la Lengua fue uno de sus mayores logros como intendente y con cariño rememoró la intervención de Roberto Fontanarrosa.

Consultado sobre los bemoles de su tiempo en el Palacio de los Leones, Lifschitz se refirió a la deuda social en los barrios. “Este fin de semana fui al barrio de la hermana Jordán y me encontré con gente que conozco desde hace 25, 30 años. Me hubiera gustado poder haber hecho mas por ellos, me encontré con familias que siguen viviendo en las mismas condiciones que hace 15 años”, sostuvo.

Finalmente, consultado sobre una posible “despenalización del consumo de drogas a la uruguaya” como deslizó el propio Hermes Binner, Lifschitz se mostró más cauteloso.

Reconoció que hoy en día la marihuana parece ser una droga muy consumida entre el público joven, pero advirtió que hablar de despenalización requiere plantear una estrategia mucho más amplia, que contemple la prevención de la drogadicción, la recuperación del adicto y la construcción de políticas que aleje a los jóvenes de los estupefacientes.