Aldo vive en Rivera 1539, frente a Cerámica Alberdi, jurisdicción de la seccional 30ª. Según contó a Radio 2, de los ocho robos que sufrió el último fue el que dio inicio a una pesadilla peor que los asaltos en sí mismos. Tuvo que viajar a su Santiago del Estero natal y cuando volvió se encontró con que le habían desvalijado la casa. Un vecino identificó a uno de los ladrones y él lo denunció ante el juez Jorge Eldo Juárez.

El caco fue detenido pero, claro, no “trabajaba” solo sino que integraba una banda cuyos integrantes se encargaron de hostigar a Aldo que se encargaron de amenazarlo de muerte “permanentemente”. “Ya no puedo salir ni a hacer un mandado”, afirmó.

Aldo contó una anécdota que grafica la situación que padece: fue el sábado a un quiosco y “viene uno de estos cacos, me empuja y me dice que me va a hacer boleta. Tenía un arma en la cintura”.

No, Aldo no confía en que la policía lo pueda ayudar. “La comisaría ni siquiera tiene móviles”, afirmó. Por eso pide que la Justicia haga algo para alejar a esta gente de él y su casa.