En la era de la fotografía digital, contar con unos kilitos de más, portar una sonrisa flanqueada por ortodoncia o tener ojos pardos, cuando se desearían celestes, ya no es un drama para las adolescentes quinceañeras; siempre y cuando sus padres estén dispuestos a pagar el costo adicional del photoshop, programa de retoque que permite rehacer un rostro no demasiado favorecido por la madre naturaleza. Los 60 minutos de trabajo se cotizan unos 50 pesos extra y una foto "complicada" puede demandar varias horas.
“Es que ya demasiado cuesta verse todos los días al espejo y descubrirte cosas que no te gustan, como la cara llena de granitos, o la nariz torcida, como para tener que guardar todos esos defectos impresos en las fotos de tus 15”, se queja Julieta, de 14, a punto de celebrar lo que para ella es “la fiesta más importante de la vida, aparte del casamiento”.
Julieta dice que a la hora de tener que marcar prioridades para el cumpleaños, junto a sus padres, ella prefirió resignar otras cosas –como el show o la consabida ceremonia de las velas, que también significa tiempo y dinero– a cambio de que le paguen el trabajo de photoshop. En especial en las fotos del book, donde posó con diez vestuarios distintos, simulando ser una modelo de una agencia top.
Pero los conocedores del tema dicen que la fotografía digital es tan realista, que con algunos rostros puede resultar cruel, si no se echa mano al recurso de retoque.
Palabra del técnico en ficción
“Nosotros usamos una herramienta dentro del programa que se llama plug in", contó a Rosario3.com, Adrián Aguiar, de Aguiar Producciones, el estudio fotográfico que produjo el álbum del casamiento de Soledad Pastorutti. "Se trata de una especie de filtro que aplicado sobre el rostro fotografiado, lo hace aparecer limpio de toda impureza, suave y maquillado, aunque la persona tenga puntos negros y se haya sacado la foto a cara lavada”, agregó.
Esa es una de las técnicas preferidas por las adolescentes –sus madres y abuelas– que prefieren no ver reflejados en el papel fotográfico las huellas del paso del tiempo o las marcas de barritos y lunares indeseables.
“Además, siempre cuidando no alterar rasgos esenciales de cuerpo y rostro, también trabajamos las fotos modelando y afinando algunas curvas que hacen que tanto la anfitriona como su madre, luzcan y se vean más armónicas y bien formadas”, dice Aguiar, y aclara que el trabajo de retoque está incluido en los trabajos y no implica un costo adicional.
“La gente le da mucha importancia a lo que va a mostrar el día de la fiesta -afirmó Octavio, fotógrafo del laboratorio Dicrocolor, de Mendoza y Lavalle-, y por eso invierte en este tipo de cosas, como el book que se muestra junto con el libro de firmas y la gigantografía, a los invitados que asisten al evento".
Cuanta más producción, mejor, dicen las chicas y no dudan en demandar a sus padres que sí o sí paguen el plus que para trabajos más delicados –engrosar labios, modelar pólmulos, tornear piernas– cobran algunos laboratorios. “Si los retoques son muchos, para que el trabajo quede bien, hay que dedicarse muchas horas a la edición –explica Octavio– y fija en 54 pesos el costo de la hora de edición fotográfica”.
La nena, más "exhuberante"
“Nada demasiado artificial, lo que a mí me interesó a la hora de encargar el trabajo de photoshop, es que Vale luciera en las fotos de sus 15 un poco más exhuberante de lolas", admitió Silvia, su madre, quien aseguró que prefiere pagar para que retoquen las fotos de la nena, antes que darle permiso para que pase por quirófano siendo tan chica.
Si no puedes con el enemigo, al menos confúndelo, dice una famosa frase, y quizás esto sea lo que logren las mujeres auto sometidas al photoshop, cuando los invitados desconcertados confronten el ficticio book, con la realidad cara a cara. Ninguna duda: a la hora de los elogios, la mesa que más aplauda no tendrá por destinataria a la niña, ni su madre, ni su abuela, sino el fotógrafo contratado, un verdadero mago.


