Tras más de dos décadas de estudios, expertos norteamericanos determinaron que una baja dosis de aspirina podría prevenir al desarrollo del asma en algunos casos.

La investigación, publicada en el diario Clarín, fue realizada por la División de Geriatría del Hospital de Mujeres de Boston, Estados Unidos, que acaba de ser publicada en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.

El estudio comenzó en 1982 y el objetivo inicial fue analizar el papel de la aspirina en la prevención de enfermedades cardíacas. La investigación incluyó datos de 22.071 médicos varones de entre 40 y 84 años.

Al azar, los participantes recibieron diariamente una dosis de 325 miligramos de aspirina o de un placebo. Durante los cinco años del período estudiado se diagnosticaron 113 nuevos casos de asma entre los 11.037 miembros del grupo que había tomado aspirina, y 145 casos entre los que habían tomado el placebo.

La incidencia del asma creció en los últimos años, en forma coincidente con la suspensión de la venta de aspirina sin receta médica, y con la prohibición de su uso en niños debido al síndrome de Reye, que se manifiesta como un daño cerebral súbito y problemas con la función hepática de causa desconocida.

El profesor y epidemiólogo Tobias Kurth, coautor del trabajo aclaró que aún es temprano para recomendar a cualquiera que use aspirina para prevenir el asma. Advirtió que para algunos que ya padecen la enfermedad la aspirina puede ser un irritante que desencadene los síntomas.