Investigadores de la Universidad de Basilea, Suiza, dieron con una técnica que permite convertir las células cancerígenas en grasa, lo que impide la expansión de los tumores. Si bien hasta ahora no lograron aplicarla a todo tipo de cáncer, los resultados obtenidos fueron irreversibles.

Cuando sufrimos una herida o cuando un feto se está desarrollando, las células epiteliales se vuelven más fluidas y se transforman en lo que se conoce como mesénquima. A ese proceso se le conoce como Transición Epitelio Mesénquima, según consignó Science Alert.

Los científicos tuvieron la idea de replicar estos cambios en ratones que habían sufrido una variedad muy agresiva de cáncer de mama. Para eso emplearon dos fármacos llamados rosiglitazone (que se usa para tratar la diabetes) y trametinib (que se emplea contra el cáncer), con el que desencadenaron ese proceso en las células del tumor.

A partir de ello, consiguieron que las células cancerígenas desarrollaran un proceso conocido como adipogénesis, en el que se transformaron en otras de grasa. Hasta ahora la terapia sólo funcionó en el cáncer de mama, los resultados demostraron que una vez convertidas en grasa, las células que eran cancerígenas no vuelven a su estado original.