Los celos se cuentan entre los estados afectivos normales. En mayor o menor medida todas las personas experimentan este sentimiento a lo largo de su vida.

Es saludable que así suceda, ya que cuando faltan en el carácter de una persona, es debido a que se han reprimido y por lo tanto los mismos cumplirán un rol mayor dentro de la vida anímica inconsciente, generándose un entramado más complejo del mismo.

Es lícito y justificable que una persona en determinados momento o situaciones sienta celos, porque los mismos denotan el temor y el dolor que le genera la perdida de la persona amada.

En una relación los episodios esporádicos se los puede considerar como indicadores de compromiso o interés por la persona amada.

Nuestra cultura permite que la tentación a ser infieles se canalice por los juegos de coquetería de la mujer o el Don Juanismos del hombre.

Pero el celoso, no puede admitir esta tolerancia convencional para la sociedad, ya que no puede darle a la coquetería el valor de tal. El celoso no puede considerar que estas conductas sean una garantía contra la infidelidad propiamente dicha.

Lo patológico de los celos comienzo cuando hay una necesidad de ser “todo” para el otro, y en el afán de sostener esta situación el celoso comienza con controles y búsquedas obsesivas, comete actos de acoso y violencia que puede ser física, psicológica o sexual, y pone fin con una etapa de arrepentimiento donde realiza actos de cortejo hacia la pareja.

Después de la etapa de arrepentimiento va a pasar un periodo de tiempo y pronto se va a volver a repetir el mismo ciclo.

Los casos de celos patológicos están formados por tres niveles: 1) celos normales 2) celos proyectados 3) celos delirantes.

Los celos Normales están compuestos por el dolor que ocasiona considerar por perdido la persona “amada” y por sentimientos de hostilidad hacia los considerados rivales. En estos casos en mayor o menor medida es muy común que la persona quiera hacerse responsable por la pérdida de amor del objeto, recurriendo a pensamiento de tipo negativos para consigo mismo, culpándose por la pérdida de su amor.

En nivel de los celos proyectados el mecanismo tiene que ver con que la persona proyecta en su pareja una infidelidad que puede haber sido concretada en la realidad, o una infidelidad fantaseada que no aconteció y que la persona desconoce .

En estas circunstancias el celoso siente alivio proyectando en su pareja situaciones de infidelidad propias, ubicando la otra persona como deudor de fidelidad.

Los celos en este nivel provocan un gran sufrimiento a la persona que los padece, como así también a la pareja quien resulta victima de estas acusaciones.

El ultimo entramado de los celos patológico y el más complejo, es el de los celos Delirantes Estos celos también proviene de anhelos de infidelidad, pero los objetos de anhelos son del mismo sexo, corresponden a una homosexualidad fermentada.

Las persona que presentan este tipo de celos periódicamente presentan episodios críticos que duran varios días, generalmente surge luego de tener un encuentro amoroso con su pareja.

Las situaciones que desencadenan estos celos son mínimas, una mirada, un gesto, un movimiento de su pareja que suele ser casi imperceptible, y del cual la persona acusada de realizarlo no tiene conciencia de tal hecho. En la mayoría de estos casos la persona a quien se le acusa de este acto no tiene registro alguno de esta situación y en otras por temor a que acontezca el episodio celotípico la persona evita cualquier tipo de motivo, intención que acaba por ser infértil ya que la persona que presenta celos de este tipo encuentra siempre una situación que va a desencadenar el drama.

Estos casos van acompañados de grandes discusiones y enfrentamientos en la pareja, el celoso está convencido de lo que dice y lo sostiene bajo cualquier forma, no hay explicación racional, que calme el sentimiento que desencadena estos celos y generalmente el acusado intenta defenderse. En estas situaciones la sugerencia es no confrontar no intentar tomar ventaja, ni tener el mismo comportamiento, ya que esto empeoraría las cosas.

Para finalizar me parece importante promover a reflexionar sobre la calidad de la relación que cada uno lleva con su pareja. Si bien es imposible vivir sin los celos, es muy posible aprender a vivir mejor aprovechando lo constructivo de este sentimiento y dejando de lado destructivo.

Ps. Verónica Andrea Azorin
Mat. Nº 4945