A veces, se piensa que lavando la ropa o las sábanas de una persona que está enferma en el lavarropas, se eliminan todos los gérmenes y agentes infecciosos. Pero no. Un lavado no es suficiente. Así lo revela un artículo de la revista Time, comunicado por el sitio 20minutos, que explica qué hacer para acabar con los patógenos de la ropa.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que un solo gramo de materia fecal de una persona enferma contiene millones de virus, explica Kelly Reynolds, investigadora de la Universidad de Arizona. Y por mucho que nos lavemos tras hacer nuestras necesidades, se estima que al menos hay una décima de gramo de residuos fecales en nuestra ropa interior, como promedio. Además, en el 90 % de los casos, los gérmenes de una prenda se transmiten a las otras.

El problema es que el lavarropas no acaba con los gérmenes, por muy caliente que esté el agua. "Cuando se trata de mohos que causan infecciones cutáneas o respiratorias, u organismos que causan resfriados, gripe o gripe estomacal, la mayoría sobreviven a los ciclos de lavado", dice Reynolds. Ni siquiera lavando las prendas de una persona enferma por separado es seguro: los gérmenes pueden quedarse en el lavarropas. En cambio, a lo que no sobreviven es a la secadora: "Una alta tempertura de secado durante al menos 28 minutos es una forma eficaz de acabar con los virus", dice Kelly Reynolds. Si no hay secadora, una buena opción es la luz solar directa, porque la luz ultravioleta del sol tiene propiedades desinfectantes. Por lo demás, se recomienda lavarse las manos tras manejar ropa sucia y de vez en cuando, efectuar un ciclo de lavado con un desinfectante cada cierto tiempo.