Adrián Paenza es licenciado y doctor en ciencias matemáticas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y periodista. Conductor del programa “Científicos Industria Argentina”, es autor además de una serie de libros ligados a la divulgación de las matemáticas.

“Todo esto que es aparentemente nuevo, lo es para los docentes, no para los chicos. Los chicos han vivido siempre, en los últimos 20 años, en la era digital. Ellos no conocieron los discos de vinilo, y casi no vieron los tapes de audio. Ni siquiera los han usado; el CD va a desaparecer rápido porque será reemplazado por el MP3, las cámaras de foto digitales. Todo es vertiginoso y más problemático para los que tenemos la edad que tengo yo, -60 años- que para los chicos”, admite Paenza.

El periodista puntualiza que los jóvenes “viven con una naturalidad la televisión, el celular, las comunicaciones vía satélite”. Y define: “Hay que capacitar a los mayores, primero porque nos hemos formado de una manera distinta. Tenemos siempre una dependencia por lo que nos es más cómodo. Todo lo que hemos utilizado los docentes hasta acá para hacer difusión de la matemática no ha surtido efecto, ha sido realmente un fracaso y no solamente en la Argentina. En muchos lugares del mundo hay un problema equivalente”

Desde su perspectiva, los principales aportes que la inclusión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación pueden hacer a los procesos de enseñanza, señala que “suponiendo que los chicos estuvieran conectados, ellos van a usar los medios de que disponen, independientemente de lo que nosotros queramos. O sea, usted les puede proponer que ellos hagan un trabajo de cualquier tipo y ellos van a ir a Internet porque es natural, lo consultarán, casi inexorablemente”.

“Las personas que tenemos trabajo, dinero en el bolsillo, acceso a las computadoras, a la conectividad, a la comunicación…somos ciertamente privilegiadas. Entonces desde ese lugar no es lo mismo asistir a una escuela en la Capital Federal que a una escuela de frontera en Salta. Las dos forman parte de la Argentina, sin embargo yo no podría decir que la expectativa es la misma, simplemente porque no son condiciones iguales”, reflexiona Paenza.

Al referirse a la actividad docente, Paenza destaca que en primer lugar, deben “sentir la pasión por tratar de comunicar, sobre todo de descubrir qué es lo que está pensando el otro. Como guía buscar cuáles son los problemas que hay. Enseñar dando respuestas a preguntas que la gente no se hizo, siempre es muy aburrido. Encontrar cuáles son las preguntas, es la manera de enseñar para mí”.

“Si la tarea del docente se reduce a dar respuestas, se configura un trabajo muy incompleto y posiblemente estéril en alguna parte. Porque para poder dar respuestas es indispensable encontrar a un grupo de personas que quiera hacer las preguntas. Uno no encuentra la solución a un problema que no tiene. Así la vida no funciona, sino al revés: uno tiene un problema y entonces busca la solución. Esto vale para todos los niveles: primario, secundario, en la vida, como padre, como maestro, como amigo”, remarca.

El periodista también sostiene que “hay que educar a los maestros, a los profesores; hay que prepararlos y entrenarlos. Abordar el tema sólo por el lado de los chicos, aunque no esté mal, creo que es establecer una inadecuada tabla de prioridades. Las prioridades deberían estar al revés”.

“Hay lugares como en Finlandia donde todos los maestros son egresados universitarios. Pero también hay una dedicación del Estado para poder pagar semejante cosa. Alguien tiene que garantizar el premio a ese esfuerzo”, concluye.

Fuente: Educared