Los marines británicos liberados finalmente por Irán han comenzado a revelar los detalles de sus 13 días de cautiverio. Y no sólo los hacen públicos también cobrarán por ello a las editoriales y a los medios que los difundan.

Las exclusivas comienzan a saltar a la prensa después de la polémica surgida tras conocerse que el ministerio de Defensa británico les ha concedido un permiso especial para relatar sus vivencias, ya que normalmente los militares no están autorizados a realizar este tipo de declaraciones.

Faye Turney, la única mujer en el grupo, ha contado su historia al diario The Sun. En una entrevista exclusiva afirma que temió ser violada por los iraquíes, que la desnudaron, la despojaron de su ropa interior y la encerraron en una pequeña celda.

La marine relata también que durante el tiempo que estuvo en total aislamiento (cinco de los 13 días) llegó a pensar que la estaban tomando medidas para construir su ataúd.

Añade que los iraníes la obligaron a escribir cartas de confesión en las que reconocía que habían invadido las aguas iraníes.

La soldado da detalles sobre las presiones psicológicas a las que fue sometida durante su cautiverio. Afirma que durante el tiempo que estuvo separada de sus compañeros la convencieron de que todos habían sido enviados a casa menos ella.

"Pregunté a los guardias por mis amigos, pero todo lo que hicieron fue reírse de mí", relata la marine.

Pero el peor momento para Faye, según relato en el diario, fue cuando llegó a pensar que podrían ejecutarla, "era la primera vez que realmente me asustaron", narra la soldado.

Para sobreponerse al aislamiento, pasaba el tiempo encerrada en su celda jugando al tres en raya imaginario, contando los ladrillos de las paredes y los cuadros de la vieja alfombra bajo sus pies.