Un grupo de investigadores comprobaron que la falta de contacto con el medio natural por parte de los niños, puede influir en su comportamiento y su cuerpo. El poco contacto con espacios verdes les quita bienestar y le suma estrés, y a este trastorno lo han llamado "déficit de naturaleza".
El estudio realizado por científicos de la Universidad Autónoma de Madrid, en conjunto con la Universidad de Barcelona, se basó en el comportamiento de mil chicos.
Según informó el sitio ABC se establecieron tres grupos: aquellos que disfrutaban de elementos naturales cerca de su domicilio (jardín propio, árboles, parque), los que tenían la naturaleza a una media distancia y los que la tenían lejos.
Según informó José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid, los niños que vivían más cerca de elementos naturales tenían menos estrés percibido.
"Esto no quiere decir que si se separan sus padres o se muere su abuelo o tienen sobrecarga de deberes no se estresen, sino que disponen de mayor capacidad para afrontar estos eventos", explicó Corraliza.
Los investigadores también han comprobado que el trastorno de déficit de Naturaleza se puede producir tanto en la ciudad como en el medio rural, porque a ambos le han llegado los nuevos hábitos infantiles y se incrementó el consumo de nuevas tecnologías.
Según los investigadores, esta falta de contacto con un medio natural, se vincula, a su vez, con cuatro patologías: aumento de la obesidad,enfermedades respiratorias, déficit de atención con hiperactividad e hipovitaminosis D (falta de la vitamina D, que se obtiene en buena medida de la exposición al sol).
Es por eso que Corraliza incentiva a volver a los espacios naturales públicos: jugar en la calle, en jardines, en parques, aprovechar salidas al campo los fines de semana o ir a granjas.
"La vida cotidiana actual nos aleja de los espacios naturales y nuestro sistema nervioso y el funcionamiento psicológico requiere contacto continuo con la naturaleza para nuestro bienestar", dijo Corraliza.
De esta manera, estar en contacto con la naturaleza, permite mejorar el bienestar para todos, pero más que nada, para los más chicos.