Los números del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) siguen generando polémica a horas de la difusión de los índices de inflación de enero. Los cruces comenzaron a darse con la salida de Graciela Bevacqua de su cargo en el Indec por pedido de la ministra de Economía Felisa Miceli. Los nuevos métodos de medición pedidos por Economía provocaron la salida de la funcionaria y la queja de los trabajadores del instituto por los verdaderos índices.

Nélida Turleone, delegada de los trabajadores de ATE en el Indec, dijo a Radio 2 que se encuentran en estado de alerta y movilización porque la situación es muy preocupante. Para Turleone “las encuestas son cosas muy serias que deben ser planificadas y armadas porque a alguien se le antoje. Nosotros veníamos siguiendo los lineamientos de Naciones Unidas y de técnicos de Canadá que trabajan con nosotros”. 

La delegada señaló que la situación es “muy preocupante” y, por ese motivo, “los trabajadores estamos defendiendo nuestras funciones y las funciones de nuestro instituto”. “Creemos que no se pueden tocar los números” dijo la delegada de los trabajadores al tiempo que denunció que en el “Indec los cargos de las primeras líneas no están concursados” sino que son designados por el ministerio de Economía.

Por otra parte, un ex técnico del Indec, Ricardo Natalucci fue más contundente al sostener que la situación generada en el instituto de estadísticas “es una vergüenza, un bochorno”. Natalucci se fue del organismo por diferencias con las autoridades y por las formas de medición. Ahora sus dichos se mantienen y el ex técnico sostiene que “la canasta está muy distorsionada y ni Bevacqua ni ninguno de los otros altos funcionarios del INDEC hacen nada por medir bien".

Natalucci agregó que los índices siempre fueron ficticios, son cada vez menos creíbles y esto que pasó es una nueva vuelta de tuerca”. Por otra parte, el ex técnico desmintió que las mediciones publicadas sigan criterios de organismos internacionales como sostienen los trabajadores. Natalucci interpretó que la posición de los trabajadores es una disputa política entre ATE y el gobierno nacional por un espacio de poder porque “si ahora amenazan con difundir los verdaderos índices porque no lo hicieron antes, hace 6 años”.