¿Puede jugar Riquelme en Central? Sí.

¿Existió algún contacto para iniciar alguna negociación? No.

¿La llegada de Russo podría viabilizar el trámite en caso de que a Central le interese? Probablemente.

¿Existe algún elemento, relación o circunstancia que permita tan sólo suponer que a Román podría interesarle ponerse la otra camiseta auriazul?

Sí, la gran amistad con el Chelo Marcelo Delgado y con Lucho Figueroa.

¿Por qué habría que pensar o suponer que Riquelme podría jugar en Central?

Por nada en especial. Pero no se puede desconocer la movida que se generó en derredor del rumor y sus tradicionales deformaciones. Sobre todo en las redes sociales.

Lo concreto es que personajes públicos, políticos, hinchas y hasta periodistas partidarios (en menor medida y con un alto porcentaje de incredulidad) se pronunciaron en favor de la chance de reclutar al ahora ex capitán de Boca, máximo ídolo histórico y uno de los jugadores más ganadores de la riquísima historia xeneize.

La sensación es que el rumor no prendió de la misma manera en la que se hubiera enquistado en el corazón canalla en otros tiempos. Es que los golpes que recibió Central en los últimos tiempos no permiten demasiadas manifestaciones de alegría. La idiosincracia canalla está magullada y vaqueteada por los resultados. No es para menos.

Pero hay datos. Y son irrefutables. Juan Román Riquelme dijo que no jugará más en Boca y que sólo si se lo pide su hijo de 9 años podría seguir en actividad en otro club.

Miguel Angel Russo es mencionado siempre por Riquelme cuando se lo consulta por sus entrenadores preferidos.

Marcelo Delgado es íntimo amigo de Román, casi un hermano. Luciano Figueroa es otro amigo del alma de Román.

¿Y eso qué quiere decir? Nada en particular. Sólo que el 10 sabe perfectamente cómo y qué es el mundo Central.

¿Se transformará el rumor en versión y después en información? Improbable.

En el fútbol nada es imposible.