Los vínculos entre el quehacer tecnológico y el desarrollo de automóviles son cada vez más evidentes y profundos. En rigor, las ferias más relevantes de ambos sectores (Consumer Electronics Show y el Salón del Automóvil de Detroit, por mencionar paradigmas) dan cuenta de esta intersección en forma cabal: en uno y en otro evento las compañías muestran vehículos que inyectan en su oferta diversos encantos tecnológicos, en su mayoría enfocados en incrementar el confort y a su vez robustecer los niveles de seguridad.

El monitoreo de diversos parámetros físicos del conductor es el más fresco grito de las innovaciones que se inscriben en esta bifurcación de senderos. A continuación repasaremos un par de anuncios a cargo de Jaguar Land Rover y Lexus, los cuales despertaron la atención por su ánimo compartido: que el vehículo sea capaz de reconocer variables del ser humano que lo conduce (su nivel de cansancio, por ejemplo) a fin de anticiparse y evitar accidentes.

Jaguar y su auto psíquico

“Mind Sense” es el nombre de un innovador sistema que recientemente mostró la firma Jaguar Land Rover. Se trata de un mecanismo capaz de medir las ondas cerebrales, el ritmo cardíaco y la respiración del conductor, empleando soluciones provenientes de la medicina, el deporte y la ciencia aeroespacial, según contó The Verge.

¿Cuál es el objetivo hacia el cual avanza “Mind Sense”? A través del monitoreo de los mencionados parámetros, el automóvil equipado con este sistema puede reconocer diversos síntomas (cansancio, estrés, sueño, merma en la atención, etc.) para alertar al conductor mediante vibraciones en el volante y en los pedales (se evalúa además el empleo de sonidos) y, de este modo, evitar accidentes.

Vale señalar que se trata de un sistema eminentemente conceptual, en tanto, en período de pruebas. Tal como se advierte en el comunicado oficial divulgado por Jaguar, al momento requiere que el piloto coloque en su cabeza un caso equipado con sensores. Los planes de la automotriz avanzan para incluir los implementos de monitoreo en el volante puesto que, según se indica, las frecuencias cerebrales también pueden ser “leídas” en los dedos. Finalmente, ¿cómo se monitorean la respiración y los latidos? En estos casos, los sensores se colocan en el asiento del conductor.

Por otra parte, Jaguar Land Rover anunció que trabaja en tecnologías que pemiten “incrementar la velocidad y la eficiencia de la interacción entre el conductor y las pantallas de información y entretenimiento” del vehículo. En este caso, se trata de un sistema que la compañía define como predictivo, el cual se vale de una serie de cámaras instaladas en el automóvil para seguir los movimientos de las manos y, precisamente, predecir qué comando desea pulsar el usuario.

Llevado a la práctica, este sistema activa ciertas funciones sin que el conductor necesariamente pulse el botón deseado: al predecir cuál pulsará, la activación acontece antes de que el dedo toque el display. Según Jaguar, las pruebas preliminares arrojaron un incremento en la velocidad de uso del 22 por ciento.

Lexus, directo al corazón

Tesla, una firma paradigmática en la intersección autos-tecnología, había mostrado en 2014 un modelo del Tesla S con pintura electroluminiscente, la cual es conductora de electricidad y permite alterar el diseño exterior con diversos patrones a la vista animados, tal como se advierte en este video.

Aquel ánimo estético es ahora conjugado con la seguridad vial, en una iniciativa que mostró la automotriz japonesa Lexus que, en simetría con Jaguar, también procura conocer más acerca del estado del conductor. Se trata de un modelo conceptual: en un modelo RC-F coupe, la división australiana de este fabricante montó una serie de sensores útiles para medir el ritmo cardíaco del conductor y, en base a éstos, alterar el diseño exterior del automóvil.

Como aquella particular versión del Tesla S, este auto también cuenta con una pintura electroluminiscente, aunque en este caso los patrones lumínicos cambian según la frecuencia cardíaca del usuario. Lexus señala que el objetivo no es cien por ciento estético: esta tecnología permitiría reconocer diversas circunstancias del conductor, anticiparse a ellas y, ulteriormente, evitar accidentes.

Tal como anota Wired, “al tiempo que los autos comienzan a separarse de la necesidad de un conductor detrás del volante (la referencia es a la divulgación de los vehículos de conducción autónoma, como el de Google), Lexus ha tenido una idea para reunirlos nuevamente: convertir a un auto en un elemento ‘viviente’, con un reflejo visual de los latidos del conductor.

En el siguiente video divulgado por Lexus Australia es posible ver “la magia en acción”.

Naturalmente, los repasados planes de Jaguar y Lexus no son los primeros en estudiar a aquel que conduce. De hecho, en las calles del mundo ya circulan vehículos que, por mencionar un par de ejemplos, detectan si los párpados caen o si la falta de atención ha llevado el bólido hacia la banquina. El valor de los proyectos repasados en esta nota reside en la intensificación de este camino que acelera hacia una mayor intimidad entre el ser humano y la máquina. Al menos, hasta que los self driving se conviertan en el estándar.

Fernando Llorente
DonWeb.com