El último debate en Brasil entre el presidente y candidato, Luiz Inácio Lula da Silva, y su rival electoral, Geraldo Alckmin, llevó a una comparación constante entre el actual gobierno y el anterior, con denuncias de tergiversar información en todos los asuntos, incluido el de la corrupción.

Las preguntas de electores indecisos, que centraban buena parte del debate de este viernes a la noche en los estudios de Globo Televisión, en Río de Janeiro, dieron pie a respuestas acaloradas en los temas de salud, educación, desempleo, saneamiento y hasta medio ambiente.

Más que un contraste de propuestas para el futuro, el candidato socialdemócrata Alckmin intentó durante la primera parte del debate demostrar las deficiencias del gobierno de Lula, y que la corrupción desvía recursos importantes que debían mejorar la sanidad, la educación o el saneamiento.

Por su parte, el presidente y candidato, comparó la corrupción con un cáncer que, una vez detectado, comienza a ser extirpado hasta que sale todo, para subrayar que si se conocen múltiples casos es porque se investigan.

Al reconocer en algunas ocasiones que la situación en el área social deja que desear, Lula comparó en numerosas ocasiones sus logros en el gobierno con los de Fernando Henrique Cardoso, su predecesor en la presidencia y correligionario de Alckmin.

Pese a que el formato de preguntas daba escaso espacio al enfrentamiento, Lula se acercaba desafiante a Alckmin para demostrar con cifras que el desempleo ha caído durante su gobierno, contrariamente a lo que afirma su rival, o que la situación económica ha mejorado con logros como el control a la inflación o el descenso de los tipos de interés, aún entre los más altos del mundo.

El presidente aseguró en varias ocasiones que su gobierno rescató una economía quebrada, y logró que creciera, aumentar el salario mínimo o invertir en áreas como educación o saneamiento.

Alckmin le atacó por el bajo crecimiento económico, que, según dijo repetidamente, ha sido inferior al de Bolivia o Paraguay, y se quejó de que el mandatario "se compara con el gobierno anterior (de Cardoso), pero éste fue mejor en la medida que creció" en una situación internacional adversa.

Éste fue el cuarto y último debate antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo, para las que Lula es claro favorito con una ventaja superior a los 20 puntos en los sondeos de intención de voto respecto al candidato socialdemócrata.

Fuente: EFE