La mafia de los medicamentos estalló hace semanas atrás cuando fue tapa de los diarios de tirada nacional. Sin embargo, para los empresarios y profesionales que vienen trabajando en el área, la cuestión no es nueva.  Hugo Cochrane, titular de Rosfar y delegado de la asociación de droguerías de Santa Fe, "el tema tiene muchos años y desde la cámara de drogueros lo venimos denunciando hace tiempo".

Según Cochrane, el negocio "funciona a través del reciclando mercaderías. Los medicamentos robados de obras sociales se venden en el mercado a precios viles y en otros casos son adulterados y se le cambian hasta las fechas de vencimiento".

En este sentido, el empresario manifestó que la información que se hizo pública destapando una red mafiosa en torno a la venta de medicamentos a nivel nacional, no tiene un correlato idéntico en la provincia. "Una cosa es cuando los medicamentos vienen de droguerías de Santa Fe. En la provincia hay controles muy severos desde el ministerio de Salud y las entidades correspondientes. Eso hace que se limite bastante el manejo de estos medicamentos", expresó.

En tanto, el titular del laboratorio Rosfar manifestó que los usuarios no pueden tener la misma tranquilidad cuando esos medicamentos llegan a las obras sociales desde Buenos Aires. "Hay muchas obras sociales que están comprometidas con esta mafia y los clientes tienen cierta responsabilidad en este mercado negro. Porque si compran a cinco pesos un medicamento que se sabe que cuesta 10 en el mercado están favoreciendo al delito. Son muchos los clientes que se les escucha decir que compran a un mejor precio porque tienen un 10% de descuento", dijo.

Aunque el ministerio de Salud de la Nación arriesgó que un 10% de la medicación que se vende es producto de la mafia, Cochrane reconoció que "las droguerías de la provincia están muy controladas y que no podría cuantificar que pasa con lo que viene de afuera de Santa Fe". Por último, fue contundente y resumió: "Las emporesas que no ingresan a la mafia venden menos".