Las autoridades locales y provinciales realizaron un balance de los operativos llevados a cabo en las más de 30 fiestas electrónicas que se realizaron en Rosario a lo largo del 2017. Sostuvieron que "el saldo es más que positivo".

La conclusión es teniendo en cuenta que desde la aplicación del protocolo de seguridad para fiestas masivas, este tipo de eventos musicales se ha desarrollado "bajo condiciones estrictas de seguridad" que incluye la protección integral de unos 50 mil asistentes a un total de 31 eventos.

Se indica que "gracias a las acciones preventivas dispuestas por el gobernador Miguel Lifschitz y desplegadas por los agentes a cargo, no se han tenido que lamentar casos fatales ni afectados graves pudiendo prevalecer el espíritu de festejo por sobre los matices trágicos que sí han sufrido otras fiestas en el país".

Al respecto, el secretario de Control y Convivencia, Guillermo Turín, confirmó que el viernes 8 de diciembre tuvo lugar la última fiesta electrónica de 2017 en el boliche bailable Blue, ubicado en avenida Colombres al 1700, en la zona norte.

Según precisó, en esta oportunidad ingresaron al local unas 2 mil personas y como en cada caso, se puso en práctica el protocolo de seguridad con los controles dentro y fuera del lugar que apuntan a la salud de los asistentes y las condiciones de seguridad generales. “Hubo que hacer un traslado al Hospital Alberdi de un hombre de 40 años que sufrió una descompensación y quedó en sala de guardia donde fue compensado y además, fueron atendidas tres personas en el puesto sanitario dispuesto en la fiesta”, precisó.

Protocolo con "excelentes resultados"

Este año se celebraron en la ciudad 31 fiestas electrónicas y gracias a la puesta en marcha del protocolo de seguridad provincial, pudieron desarrollarse "bajo un marco seguro, sin tener que lamentar consecuencias irremediables", señalaron.

"Hemos tenido un promedio de tres derivaciones a hospitales por fiesta –indicó Turrín–, de personas que presentan signos de descompensación, las cuales son trasladas por el servicio de emergencias y rápidamente atendidas”.

Según sostuvo, estas situaciones pueden estar vinculadas a los cuadros generados por el consumo de pastillas cuyo expendio ha disminuido en el interior de los lugares donde se lleva adelante el evento a partir de la fuerte presencia del Estado municipal, provincial y nacional.

“Vemos concretado en resultados favorables el compromiso que asumimos de llevar orden y seguridad para quienes disfrutan de las fiestas electrónicas, demostrando que la diversión puede lograrse en un marco de cumplimiento de normas que permiten preservar la salud de los asistentes, en su mayoría, jóvenes rosarinos”, observó.

Controles fuera y dentro de los boliches

La ciudad cuenta con un procedimiento de control por el cual la Municipalidad de Rosario fiscaliza la organización y el desarrollo de eventos masivos de hasta 3.500 asistentes.

Se trata de un protocolo impulsado por Lifschitz en febrero pasado. luego de las muertes ocurridas en Arroyo Seco durante una fiesta en un local llamado Punta Stage

Desde entonces, las municipalidades y comunas santafesinas ponen en práctica una serie de medidas en cada uno de estos eventos que permiten aportar condiciones más seguras a los asistentes.

Elaborado junto con la Secretaría de Salud Pública y en coordinación con los productores y/o organizadores de fiestas masivas así como los titulares de los locales habilitados, el protocolo es coordinado por el municipio con el Ministerio Público de la Acusación, Ministerio de Seguridad y Fiscalía Federal, para prevenir el ingreso y consumo de drogas y elementos que pudieran revestir peligrosidad al lugar.

Es por esto que el procedimiento incluye la instalación de gendarmes nacionales a fin de que la circulación vehicular se efectúe con normalidad así como personal de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones para ejecutar cacheos a los asistentes, varones y mujeres por separado, arrojando a cestos los elementos que pudieran resultar sospechosos por inseguros o ilegales. Integran estos procedimientos agentes de la Policía de Investigaciones (PDI) y Brigada de Explosivos. Cabe destacar que el protocolo requiere la contratación de 36 agentes policiales adicionales.

En las afueras también se disponen tres ambulancias de alta complejidad con médicos para la atención y posible traslado a centros asistenciales de personas afectadas en su salud. Hay que destacar el trabajo realizado por la empresa Vital cuyos médicos y paramédicos intervinieron de manera eficiente en cada uno de los cuadros que se presentaron.

Por su parte, agentes de Control Urbano de la Secretaría de Control y Seguridad Ciudadana se encargan de ordenar el estacionamiento vehicular mientras que la Dirección General de Tránsito garantiza el acompañamiento de un eventual traslado urgente a un hospital. También se concretan test de alcoholemia y narcolemia y fiscalizaciones de documentación y elementos de seguridad a conductores. Estas acciones se despliegan en colaboración con la Unidad Regional II de la Policía de Santa Fe.

Adentro

Los controles se extienden al interior de los locales donde tienen lugar las fiestas. Tal como establece la normativa, se disponen puestos de hidratación con paramédicos y se instala un espacio de relajación donde se sirven agua, licuados y frutas de manera gratuita. Otras acciones preventivas incluyen campañas de sensibilización y la entrega de mapas de las instalaciones con salidas de emergencias. En el interior también se suman en las tareas la Dirección y coordinación de seguridad en competencias deportivas y espectáculos masivos y la Dirección Provincial de Autorizaciones, Registro y Control de Agencias Privadas de Vigilancia, Seguridad e Informaciones Particulares.

Turrín recordó que en cada procedimiento se controlan la seguridad en el armado de estructuras, vallados, conexiones eléctricas, extintores, señalética y cartelería tanto en los ingresos como en los egresos. Además, se fiscalizan las salidas de emergencias, los sanitarios (higiene, salubridad, correcta provisión de agua potable) y los denominados pabellones sanitarios: provisión de agua potable y fresca para consumo gratuito y libre, tanto en baños como en puestos de expendio de bebidas, con información clara y precisa de la disponibilidad y ubicación.

Se chequea la existencia de luces de emergencia, accesibilidad para personas con discapacidad y rampas fijas para evacuación, pasillos de circulación internos, constancias de seguro de responsabilidad civil, vida, accidentes personales e incendios y la existencia de un plan aprobado de Contingencia y Evacuación. Cabe mencionar que se revisa el factor ocupacional y el horario de cierre correspondiente así como también que los empresarios responsables estén registrados en la Municipalidad de Rosario.