Otro fenómeno natural que castiga a América Latina. Después del sismo en Chile del jueves pasado y el tornado que se registró en Uruguay este fin de semana, este sábado, un terremoto de 7,8 grados en la escala abierta de Richter azotó el norte de la región costera de Ecuador y provocó más de 200 muertos. También causó múltiples daños materiales que todavía se evaluaban.

A través de Twitter, el presidente Rafael Correa confirmó este domingo al mediodía que la cifra oficial de muertos ascendía a 233 pero no descartaba más. Los heridos eran más de 1.500.

Según informó EFE, el terremoto se produjo a las 18.58 hora local del sábado (23.58 GMT), entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también ha sentido el impacto de las réplicas.

El vicepresidente Jorge Glas aseguró que la situación es particularmente "compleja" en el balneario costero de Pedernales, en la zona del epicentro, donde a los equipos de rescate y asistencia les ha sido difícil llegar. "No dejaremos a ningún ciudadano solo", prometió.

El Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, encargado de la vigilancia sísmica y volcánica en el país, indicó que las más de 60 réplicas registradas durante las seis horas posteriores a la sacudida principal alcanzaron magnitudes de entre 2,5 y 5,3 grados en la escala de Richter.

El Instituto no ha descartado que este comportamiento de permanentes réplicas pueda continuar por horas o días.

Tras el desastre, el gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.

Glas insistió en que todas las instituciones están en "máxima alerta" para atender la situación y que ha dispuesto el envío de un hospital móvil a Pedernales, en la zona del epicentro.

El movimiento telúrico, con capacidad de generar un tsunami, activó la alerta de esa posibilidad en los países vecinos como Colombia, Perú y Chile, que poco después cancelaron la advertencia.

Por su intensidad se sintió en Colombia, y en el caso de Cali llegó a producir cortes de electricidad y agrietamientos en construcciones, sin casos graves.

El gobierno colombiano, además, anunció la activación de un plan de contingencia para atender a sus ciudadanos en Ecuador.