Más que pesadas, tóxicas. Unas cuarenta personas resultaron intoxicadas por comer facturas que contenían una gran concentración de bromato de potasio, un químico utilizado para mejorar las masas, pero prohibido desde 1995. Doce de los damnificados quedaron internados.

Los primeros síntomas empezaron a manifestarse el sábado entre vecinos del bario Puente Gallego, en la zona sur de Rosario, que habían consumido facturas (bolas de fraile) fabricadas clandestinamente en una panificadora del barrio.

Según los primeros testimonios, la hija del panadero derramó sobre el preparado una cantidad importante de bromato de potasio y no avisó a su padre lo sucedido. En consecuencia, las facturas elaboradas resultaron contaminadas con ese producto químico “usado para mejorar y leudar mejor las masas, cuyo uso fue prohibido en la panificación en el año 1995”, según explicó el titular del Instituto del Alimento de la Municipalidad, Luis Baita.

Las personas damnificadas presentan síntomas de intoxicación como diarrea y vómitos y una docena de ellas permanecen internadas en los hospitales Vilela, Heca, Roque Sáenz Peña y Sanatorio Británico, con cuadros moderados.

Las denuncias fueron tramitadas en la seccional 33ª de Policía, cuyo personal detuvo el mismo sábado al responsable de la panificación clandestina. Investiga los hechos el Instituto del Alimento municipal.