Tras 10 días de prórroga, el viernes último cerró sin demasiado éxito la campaña organizada por el Ministerio de Trabajo de la Nación para realizar el traspaso de los Jefes y Jefas de Hogar a nuevos planes: el de Seguro de Capacitación y Empleo y el de Programa Familias. Sólo el 47 por ciento de los 37 beneficiaros que hay en Rosario asistió a la convocatoria y de ellos, apenas el 27 por ciento optó por buscar una capacitación para luego conseguir un empleo. 

“De ahora en adelante, los interesados podrán seguir pasándose de un plan a otro y decidirse por cualquiera de las dos opciones propuestas igual que durante la campaña", aclaró Mario Romanini, consultor de la Gerencia de Empleo local a Rosario3.com, "pero para hacerlo, deberán concurrir directamente a alguna de las cuatro oficinas de empleo que funcionan en la ciudad de Rosario”, agregó.

Las cifras demostraron un reducido interés por parte de los beneficiarios en hacer algún cambio. “Al principio, ninguno quería pasarse de un plan a otro u optar por el seguro, por desconfianza o por miedo a perder lo que habían conseguido. Pero con el tiempo, empezaron a hacerlo y tuvieron más seguridad cuando empezaron a cobrar el nuevo beneficio”, aseguró Romanini.

Aún así, del total de 37.635 beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar, en tres meses de campaña sólo asistieron a la convocatoria 17.923 (47,62 por ciento). De ese total de personas, el 87,28 por ciento fueron mujeres y 12,72 por ciento, hombres.

Lo más sorprendente fue que a pesar de estimular desde la campaña el pase al Seguro de Capacitación y Empleo que podría facilitar la reinserción laboral de un importante número de desocupados al mercado de trabajo, sólo el 27 por ciento se inclinó por esta opción, el 56 por ciento prefirió pasar al Programa Familias (consistente en un subsidio que se incrementa de acuerdo a la cantidad e hijos) y los restantes se manifestaron indecisos o pidieron turnos para recibir asesoramiento en ambas opciones, antes de decidir.

Los planes Jefas y Jefes de Hogar Desocupados surgieron a principios de 2002, cuando el país atravesaba una de las peores crisis económicas y políticas de la historia, con empresas cerradas y un índice de desocupación alarmante. En ese contexto, el Banco Mundial aceptó la financiación de los subsidios que millones de trabajadores desocupados argentinos empezaron a cobrar, como una forma provisoria de paliar los efectos del desempleo.

Desde entonces, siguieron haciéndolo pero la situación del país cambió. Entre 1991 y 2001 se crearon 1,2 millones de puestos de empleo y en el último mes de octubre, el empleo en blanco experimentó un alza récord con el 0,7 por ciento de aumento en la creación de puestos de trabajo regularizados con relación a septiembre.

Si la desocupación sigue bajando, no habrá demasiados elementos para justificar ante el Banco Mundial la situación de crisis que motivó la creación de los planes Jefes de Hogar y por esa razón, desde la Nación se buscaron alternativas para que quienes quedaron desocupados en los últimos años, logren reinsertarse en el mercado laboral.

El 18 de septiembre, tanto el Ministerio de Trabajo de la Nación como los gobiernos municipal y provincial lanzaron una convocatoria a los beneficiarios de esos planes a fin de asesorarlos sobre la conveniencia de optar entre dos posibilidades: pasar al programa Familias (que está orientado a personas que no finalizaron la educación media y tienen dos o más hijos menores a cargo) o bien inscribirse en el Seguro de Capacitación y Empleo (que apunta a formar laboralmente a los beneficiarios y conectarlos con el mercado de trabajo).

Quienes elijan el programa Familias recibirán un monto mensual proporcional al número de hijos a cargo, que varía entre 175 y 275 pesos y se comprometen a cambio, a mandar a sus hijos a la escuela, cumplir con el calendario de vacunación y realizar controles bimestrales en caso de embarazo.

Por su parte, los que opten por el seguro recibirán durante un máximo de dos años, además de la capacitación laboral, un monto fijo de dinero que será, en los primeros 18 meses de 225 pesos y en los últimos 6 meses, 200. Como contrapartida, los beneficiarios deben concurrir regularmente a la Oficina de Empleo municipal, participar de actividades propuestas y aceptar ofertas de trabajo adecuadas. Además, quienes deseen terminar sus estudios inconclusos, recibirán una suma adicional de 50 pesos mensuales para movilidad.