Interminable, imprevisible, insoportable, impresentable. Todos esos calificativos, y muchos más, le caben perfecto a la negociación que hace un mes y medio involucra a Newell’s, River, Vélez, Cristian Fabbiani, Santiago Salcedo y sus representantes. Lo positivo de todo esto es que pronto se terminará, ya que faltan horas para que cierre el libro de pases y a algún acuerdo se llegará si es que las partes desean obtener aunque sea un mínimo beneficio.

La novedad es que los dirigentes de Newell’s recibieron una nueva propuesta de River por el Ogro, que ahora será evaluada aquí en Rosario. Este martes, cuando Fabbiani tenía la lapicera en la mano para firmar su contrato con Vélez, llamaron al jugador desde Núñez y lo convencieron para que espere una nueva oferta.

Esto generó un gran malestar en Liniers, a tal punto que emitieron un comunicado firmado por el presidente velezano Fernando Raffaini, donde manifiestan su enojo por la desprolijidad del delantero al negarse a jugar en ese club.

La directiva de River, representada por Rodolfo Cuiña, puso ante Guillermo Lorente dos ofrecimientos: uno íntegramente económico, con una cifra superior a la ofrecida por el Fortín, y otra que incluye a Santiago Salcedo, que es lo que Newell’s pretende.

Pero si se acepta la segunda, la negociación puede caer otra vez en un estancamiento si es que Sa Sá, el más manoseado en toda esta cuestión, se niega a volver al parque de la Independencia.

Hay pocos motivos para pensar que esta vez no será la vencida; pero los hay. Este miércoles se puede terminar la novela más caótica y enredada del verano. ¿Será el último capítulo o habrá más?