Manifestantes de una organización pacifista de Rio de Janeiro desfilaron con máscaras y manchados por pintura roja por las calles cariocas con carros de supermercados, en protesta contra la ola de violencia que sacude a la ciudad desde hace una semana y que causó 45 muertos, de acuerdo a cifras extraoficiales.

Se trató de miembros de la ONG Rio de Paz, que desfilaron con unos 20 carros de supermercados, recordando la aparición de uno de los tantos cuerpos fallecidos y en rechazo a la violencia desatada en los enfrentamientos entre la policía y narcotraficantes.

En las playas de Copacabana escenificaron, con tintura roja para representar sangre en sus cuerpos, el episodio ocurrido esta semana, cuando el cadáver de un hombre fue hallado abandonado en uno de los accesos a la favela (comunidad pobre) Morro dos Macacos.

"Fue la escena más emblemática de esta semana, aquel cuerpo dentro de un carro de supermercado y frente a las personas que lo miraban indiferentes, que ya no consiguen ni llorar frente a esta tragedia", declaró Carlos Costa, coordinador de Rio de Paz.

La otra imagen, reproducida por diarios y cadenas televisivas de todo el mundo, muestra a un helicóptero policial abatido por grupos de narcotraficantes, también en el Morro de los Macacos.

"En otras naciones (hechos de violencia urbana como estos) llevarían a millones de personas a la calle a protestar, (obligaría) al poder público a dar explicaciones. Acá sólo provoca alguna catársis", comentó Costa.

Los 20 carros con cuerpos ensangrentados evocaron las 20 mil muertes violentas, causadas por delincuentes o acciones policiales, registradas en el estado de Rio de Janeiro entre enero de 2007 y septiembre de este año.

El mes próximo visitará Rio de Janeiro y otras capitales brasileñas la alta representante de Naciones Unidas (ONU) para Derechos Humanos, Navanethem Pillay. El relator especial de la ONU sobre ejecuciones sumarias Philip Alston manifestó esta semana su "preocupación" sobre la situación en Rio de Janeiro.

Detenidos. Las autoridades de Rio de Janeiro trasladaron esta mañana a diez grandes capos del narcotráfico a una cárcel de alta seguridad para poner fin a la violencia que en la última semana dejó 45 muertos, informaron la secretaría de Seguridad Pública y la Policía Militar.

"La criminalidad tiene que saber que estamos actuando y que no habrá tregua de nuestra parte", advirtió el gobernador de Rio de Janeiro, Sergio Cabral.

La transferencia fue realizada a primera hora según una portavoz de prensa de la secretaría, el mismo día en que se cumple una semana del inicio de los ataques. Los crudos enfrentamientos en estos siete días se saldaron con la muerte de 45 personas, de los cuales 35 supuestos delincuentes, 3 policías abatidos en un helicóptero y 3 inocentes alcanzados por los disparos; fueron detenidas 58 personas, y decomisadas 40 armas y 5 granadas.

Los diez líderes del narcotráfico, que estaban en presidios locales, fueron transferidos a la aislada cárcel de Campo Grande (suroeste), la de máxima seguridad del país, donde ya se encuentra Luis Fernando da Costa, "Fernandinho Beira-Mar", considerado el más peligroso jefe narco de Rio de Janeiro.

Organizaciones de presos controlan desde las cárceles la criminalidad y por eso fue inaugurado ese presidio de Campo Grande, en 2006, para garantizar el aislamiento. Pero, según el diario O Globo, incluso desde esa cárcel Beira-Mar logró pasar sus mensajes y activar a sus colegas de las favelas incrustadas en Rio a perpetrar los ataques, destinados a controlar esas áreas.

Recién elegida sede de los Juegos Olímpicos-2016 y una de las principales ciudades del Mundial de Fútbol-2014, Rio de Janeiro vivió una cruenta semana.