Los avances con que cuentan los servicios de obstetricia y neonatología, además del personal capacitado hacen posible algo impensado diez años atrás: la sobrevida de los bebes nacidos antes del término del embarazo.

La historia de Mateo tuvo final feliz y eso es lo más importante para sus padres Ariana y Mauricio, que sufrieron durante 75 días la internación del pequeño en Neonatología del hospital Italiano, donde nació el 14 de diciembre, con 795 gramos de peso, a los seis meses y días de gestación.

“Esto pudo lograrse porque se dieron varias situaciones simultáneas –explica Alberto Elías, el obstetra del hospital Italiano que condujo a buen término un caso realmente complicado–. Unos días antes de que se produjera el parto, la mamá se comunicó con nosotros para manifestarnos algunos síntomas que había que observar de cerca. La revisamos la internamos y realizamos un análisis de proteínas, que es bastante nuevo y permite comprobar si la bolsa que contiene al feto pierde líquido, aunque sea en muy pequeñas cantidades”.

A través de esos orificios no sólo se escapa el líquido amniótico, sino que también pueden ingresar bacterias que ocasionen un proceso infeccioso, por lo que se inició un tratamiento breve con antibióticos y cuando se consideró completada la maduración pulmonar del feto, se provocó el parto para salvaguardar su vida.

“El pronóstico del parto era reservado pero si no provocábamos el nacimiento prematuro, las perspectivas eran peores, así que decidimos que naciera y completara su maduración en Neonatología”, asegura Elías.

En esa sala del hospital Italiano pasó Mateo sus primeros 75 días de vida y hoy, con 1 kilo 980 gramos de peso, ya está en condiciones de ser dado de alta. “Al principio no queríamos visitas porque necesitábamos tranquilidad y no sabíamos cómo iba a salir todo, pero después que las cosas se encaminaron, también nosotros nos serenamos”, dice mamá Ariana (primeriza).

En la historia de Mateo resultaron imprescindibles la existencia de una guardia obstétrica especializada que escuchó el relato de la madre y no perdió tiempo, los avances de laboratorio que permitieron, a través de un análisis clínico, identificar la presencia de líquido amniótico y prever el riesgo y la nueva tecnología neonatal que posibilita, entre otras cosas, la oxigenación del bebé prematuro sin intubamiento –método utilizado hasta hace dos años y que provocaba numerosas infecciones peligrosas para la sobrevida del niño.