Las ciudades de Chapecó (Brasil) y Medellín (Colombia) rindieron este miércoles un sentido y emotivo doble homenaje a los jugadores de Chapecoense. En simultáneo, respectivamente, se colmaron de gente los estadios Arena Condá y Atanasio Girardot, este último donde estaba prevista la primera final de la Copa Sudamericana con Atlético Nacional. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, confirmó temprano en Radiópolis (Radio 2) que el acto se programó para las 18.45 (19.45 de la Argentina), el horario en el que se iba a disputar el partido de fútbol. “Este accidente enluta al mundo entero”, señaló.

Miles de personas abarrotaron desde la tarde el Girardot para rendir un homenaje póstumo al equipo de fútbol Chapecoense, la mayoría de cuya plantilla murió en el accidente aéreo del pasado lunes cuando se dirigían a la citada ciudad colombiana.

En el comienzo de la conmemoración fueron soltadas en el centro del campo de juego 71 palomas para recordar a cada una de las personas fallecidas en el siniestro, en el que además hubo seis sobrevivientes.

Al acto asistieron los ministros brasileños de Relaciones Exteriores, José Serra, y de Cultura, Roberto Freire, así como el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez y autoridades colombianas, así como representantes de los clubes de fútbol.

Además de un estadio que estuvo lleno, también las calles en los alrededores lucían repletas de gente que se sumó al homenaje con velas.

También en Chapecó

Por su parte, en Brasil, la afición del Chapecoense transformó la tristeza por haber perdido a la mayoría de sus futbolistas en orgullo a través de un homenaje lleno de esperanza celebrado en el estadio Arena Condá, la casa de este modesto equipo del estado sureño de Santa Catarina.

El acto se produjo a la misma hora a la que estaba previsto el duelo entre el Chapecoense y el Atlético Nacional, correspondiente al partido de ida de la final de la Copa Sudamericana, el cual se iba a celebrar en Medellín.

"Con mucho orgullo, con mucho amor" o "este sentimiento nunca va a parar" fueron algunos de los gritos entonados en comunión que unieron a una afición todavía en estado de shock por el trágico suceso, pero que sacó fuerzas para llenar por completo el estadio, con capacidad para unas 19.000 personas.

La noche del lunes, el avión de la compañía boliviana Lamia, que llevaba a bordo a 77 personas, se estrelló a pocos kilómetros del aeropuerto José María Córdova, ubicado en una localidad cercana a Medellín, donde hoy también se rindió homenaje a los fallecidos.

De las 71 víctimas mortales registradas, 19 eran jugadores de la primera plantilla del Chapecoense, además de un gran número de directivos y prácticamente la totalidad de todo el cuerpo técnico encabezado por el entrenador Caio Júnior.

Las escenas de desconsuelo de los primeros días se transformaron en una celebración orquestada por las barras, como si de la previa de una gran final se tratara, donde no faltó el gran despliegue del escudo del "Huracán del Oeste", apodo que recibe el equipo, en uno de los costados del estadio.

No pararon de cantar ni un instante, salvo cuando la organización del club emitió unos videos cuya banda sonora era el tema "Knockin' on Heaven's Doors", en un estadio que en esos momentos se quedó a oscuras, solo iluminado por las pantallas de los teléfonos de los allí presentes.

"Más allá de lo deportivo"

"Esto enluta al mundo entero”, dijo por la mañana el alcalde Gutiérrez en diálogo con los periodistas Roberto Caferra y Evelin Machain. La aeronave de la compañía Lamia había partido de Bolivia con 77 personas a bordo. En el avión viajaba el equipo de fútbol brasileño Chapecoense y varios periodistas que también murieron en el accidente. El avión despegó del aeropuerto Viru Viru, en Bolivia, a las 18.18 hora local y declaró fallas eléctricas entre los municipios de La Ceja y la Unión, Antioquia. Las autoridades colombianas redujeron este martes a 71 el número de fallecidos.

“Es una tragedia que va mucho más allá de lo deportivo, es una tristeza. No sólo enluta al fútbol sino al mundo entero”, destacó el funcionario. "Hemos convocado a la ciudadanía para que nos acompañe en el estadio. Vamos a ir de blanco y prenderemos velas. Son momentos duros y la solidaridad no la podemos perder”, sostuvo.

Consultado sobre el pedido del Nacional para que la Conmebol le otorgue el título al Chapecoense, al que iban a enfrentar en la final, respondió: “Me parece un gesto moral y ético, más allá de lo futbolístico”, dijo y recordó que la ciudad decretó tres días de luto. Gutiérrez, en tanto, manifestó que en este momento se dedican a recibir a las familias y a repatriar los cuerpos.

En cuanto a la investigación, apuntó: “Se hará en conjunto con las autoridades aeronáuticas colombianas, también Bolivia y seguramente, el gobierno brasileño”.

Gutiérrez contó que la convivencia entre los equipos de fútbol locales, el Deportivo Independiente Medellín, más conocido como el DIM, y el Nacional –ambos participaban en el homenaje– “es un buen símbolo de paz” y advirtió que “ha llevado un trabajo muy importante”. En ese sentido, recordó que hubo un momento en que se tuvieron que prohibir los clásicos por la violencia. Pero, este miércoles no hay colores. Todos los que concurran irán de blanco: “Es un homenaje muy bonito a las víctimas del equipo brasileño”, observó.

Además, analizó la relación entre el narcotraficante fallecido Pablo Escobar y el Nacional de Medellín: “Es un gran equipo y una gran organización empresarial. La estigmatización del narcotráfico nos ha hecho mucho daño, es lo peor que nos pasó”, indicó. Finalmente, se refirió a la similitud que muchas voces establecen entre su ciudad y Rosario –a la que se refirió con cariño y admiración tras un breve paso– por el crecimiento del tráfico de drogas. Confió que la solución pasa, en gran parte, por eliminar la corrupción institucional.