El Ministerio de Educación de la Nación impulsó una propuesta de enseñanza innovadora en las áreas de ciencias naturales, bajo el nombre de Proyecto de Alfabetización Científica (PAC). El objetivo fue mejorar los resultados de aprendizaje y estimular vocaciones científicas entre los estudiantes.
La iniciativa surge para reinstalar el papel de las ciencias naturales en la escuela y derribar los mitos que circulan socialmente sobre estas disciplinas.

Alumnos de cuarto grado de escuelas públicas de las provincias de Tucumán y Buenos Aires, son los que realizaron este proyecto, basado fundamentalmente en la experimentación, la investigación y el juego.

Los resultados de esta experiencia inédita se están evaluando con el fin extender el proyecto en todas las escuelas del país. Nora Bahamonde, integrante del equipo técnico que diseñó este proyecto de alfabetización científica, explica que el programa supone una innovación respecto a la enseñanza tradicional de las ciencias porque está basado en propuestas experimentales.

“Los alumnos tienen la posibilidad de hacerse preguntas y de investigar por sí mismos. La idea es que los chicos adquieran saberes científicos a través de su propia experiencia”, aclara.
Señala, además, que ya pueden verse los primeros progresos relacionados con la alfabetización general: “Los chicos reciben un cuaderno de ciencias, que es un instrumento que les permite reconstruir el proceso de sus pensamientos. Entran en juego la escritura y la oralidad, y en este sentido, se ven progresos a nivel lingüístico porque alumnos que antes tenían dificultades en estas competencias, empiezan a desenvolverse mucho mejor”, dijo Bahamonde.

La novedad fundamental radica en que las típicas clases expositivas a que los estudiantes están acostumbrados son reemplazadas por trabajos de experimentación: mediante el juego o la resolución de problemas, los chicos van construyendo hipótesis que luego confirman o rechazan.

El programa contempla diversos componentes: capacitación docente, material de trabajo para el aula y cuadernos de ciencias para que los alumnos registren los aprendizajes.

Bahamonde explica que una parte del cuaderno no es corregida por las maestras, lo cual permite a los chicos “recuperar la palabra porque se da la escritura sobre las experiencias que van teniendo durante las actividades”.

Entre los recursos para la actividad experimental se encuentran módulos didácticos (secuencias de clases, lecturas adicionales y láminas de apoyo gráfico) y kits de elementos para el desarrollo de estos módulos.

Cada grado recibe una caja con materiales básicos de fácil acceso como brújulas, imanes, vasos descartables, entre otros.

Las escuelas donde se aplica el proyecto cuentan, además, con un acompañamiento especial.
Se trata de “padrinos científicos”, quienes visitan sistemáticamente las aulas para acompañar a los docentes en su tarea.

Conforman un grupo de científicos de las universidades locales que brindan la posibilidad de que los chicos modifiquen ciertas representaciones que tienen sobre el mundo de las ciencias, al conocer a sus protagonistas.

Mediante este proyecto se desarrollan ejes de contenidos en torno a la física, la química y la biología mediante los módulos: “Fuerzas y acciones mecánicas”, “¿Cómo elegimos los materiales que usamos?” y “¿Qué es lo que nos permite movernos?”.

Los mismos se realizan de acuerdo con los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios establecidos por el Ministerio de Educación de la Nación para cada nivel y área de conocimiento.

Fuente: Ahora Educación