La ministra de Economía y Producción, Felisa Miceli, consideró hoy que una eventual reforma en el sistema de cuotas en el Fondo Monetario Internacional (FMI) no debe terminar perjudicando a los países que más necesitan financiamiento.
Miceli disertó hoy en la décimo quinta reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI o IMFC, por sus siglas en inglés), que se desarrolló en la sede del FMI en la ciudad de Washington, informó la Dirección de Prensa del Palacio de Hacienda.
La ministra habló en el G-24, grupo de países emergentes, como titular de la "silla" que representa a la Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay, y abordó el tema de las cuotas que aportan las naciones al FMI.
"Logramos ponernos de acuerdo sobre tres aspectos muy concretos de los temas de reforma del Fondo", señaló Miceli. Y especificó: "Sobre cuotas y representación se acordó trabajar en conjunto para que un aumento de las cuotas de las economías emergentes más dinámicas, que todos deseamos, no venga a costa del peso relativo de las cuotas y votos de los demás países en desarrollo".
"Esto nos parece crucial –agregó Miceli–, no sólo para defender nuestros intereses sino fundamentalmente para defender la efectividad del Fondo".
En ese sentido, consideró que "sería contraproducente que por aumentar la cuota de algunas economías emergentes, que muy probablemente ya no deban pedirle dinero al Fondo, se les reduzca la cuota de los países que son todavía potenciales tomadores de crédito del Fondo".
Para Miceli, "esto sería un absurdo que no haría sino aumentar el incentivo de políticas de auto-aseguro, y que debilitaría al multilateralismo, empujando al Fondo a un papel casi irrelevante".
Tras señalar que "estamos en la mejor disposición de encontrar soluciones que nos permitan avanzar en una reforma que aumente la efectividad y la legitimidad del Fondo", agregó que "esto requiere que los países en desarrollo en su conjunto puedan aumentar sus cuotas y su participación en el manejo de esta institución".
Sobre la posible revisión de la Decisión de 1977 de supervisión de políticas cambiarias, dijo que "si bien el G-24 no está convencido de la necesidad de aprobar una nueva decisión, se acordó trabajar conjuntamente para asegurar que la revisión de la misma permita aumentar la efectividad de la supervisión del Fondo, sin crear nuevas obligaciones para los miembros".
"Esto, en pocas palabras, quiere decir que no deben crearse obligaciones sobre políticas domésticas como la fiscal, la monetaria y la bancaria", aclaró la ministra argentina. "También quiere decir que una nueva decisión no deberá reducir el margen de discrecionalidad que tienen nuestros países para implementar políticas de desarrollo", afirmó.
Finalmente, Miceli destacó que "los miembros del G-24 también nos pusimos de acuerdo para darle la bienvenida a los resultados de la primera consulta multilateral sobre los desbalances globales".
Consideró auspicioso que "los participantes tomen compromisos de políticas de mediano plazo, que permitan desactivar el riesgo generado por los desbalances globales sin afectar el crecimiento ni la estabilidad global".
Fuente: Télam