Las enfermedades cardiovasculares, responsables cada año de cerca de 17,5 millones de decesos en todo el mundo, constituyen la primera causa de mortalidad global. Y esta mortalidad, lejos de disminuir en el futuro, aumentará considerablemente como consecuencia de factores como el envejecimiento poblacional e, incluso, el calentamiento planetario. Tal es así que, dado que siempre será mejor prevenir que curar, se hace necesario contar con herramientas que permitan identificar de forma temprana a la población en riesgo de sufrir una de estas patologías. Y dado la magnitud de las cifras, cuanto más barata y asequible, mejor. Y en este sentido, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Reina María de Londres (Reino Unido) podría haber dado con la solución: un simple apretón de manos entre médico y paciente.

Como explica Steffen Petersen, co-director de esta investigación publicada en la revista "PLOS ONE" y reproducida por abc, "nuestro trabajo muestra que la fuerza de prensión manual se asocia con una mejor función del corazón y con una estructura coronaria más sana".

Prensión ‘amigable’

La evaluación de la fuerza de nuestras manos, por lo general mediante un ‘amigable’ apretón, es uno de los métodos habitualmente utilizados por los médicos para medir nuestra fuerza muscular. Sin embargo, su utilidad podría ir mucho más allá. Y es que como han mostrado distintos estudios, esta fuerza de prensión también se asocia con el riesgo de sufrir, e incluso de morir, por un episodio cardiovascular, caso de un infarto de miocardio.