Al menos 16 civiles murieron y 25 resultaron heridos en un fuego cruzado entre tropas norteamericanas e insurgentes afganos que tuvo lugar tras un ataque suicida contra un convoy militar de tropas extranjeras en la provincia oriental de Nangarhar, informó una fuente oficial.

El suceso, del que la Isaf y la comandancia estadounidense en Afganistán no han dado información alguna, ocurrió esta mañana a las afueras de la capital de la provincia de Jalalabad, en la carretera que comunica esta ciudad con la localidad de Torkham, en la frontera con Pakistán.

El incidente tuvo lugar cuando uno de los vehículos del convoy fue blanco de un ataque suicida, informó el portavoz de la Policía provincial, Abdul Ghafour Khan, quien añadió que, tras la agresión, los soldados abrieron fuego contra la multitud y causaron ocho muertos y ocho heridos.

Horas más tarde, el portavoz del gobernador provincial, Noor Agha Zewak, elevó a 16 la cifra de muertos y a 25 la de los heridos y dijo que los atacantes sucumbieron al "ataque suicida y el subsiguiente intercambio de fuego" entre las tropas norteamericanas e los insurgentes afganos, aunque sin precisar si hubo bajas entre los soldados extranjeros o los insurgentes.

Tras lo ocurrido, una muchedumbre salió a la calle y bloqueó la carretera que comunica con la frontera con Pakistán gritando consignas de protesta contra los militares norteamericanos.

Por otra parte, dos soldados de la Isaf murieron ayer en combates con insurgentes en la provincia sureña de Helmand, informó hoy el portavoz de la fuerza internacional, Tom Collins.

En Helmand están destacados fundamentalmente soldados británicos de la Isaf mientras en el este la mayoría de las tropas son estadounidenses.

En lo que va de año han muerto unas 400 personas en Afganistán a causa de la violencia que sacude el país, mientras que 4.400, un millar de ellos civiles, fallecieron por la misma causa en 2006.

Esta ha sido la cifra más alta de bajas desde que los talibanes fueran desalojados del poder en 2001.

La OTAN se prepara para un posible recrudecimiento de los combates con los talibanes a partir de la primavera, tras haber detectado que los insurgentes están "haciendo preparativos" para una ofensiva, según afirmó Collins el pasado 21 de febrero.