Saúl Edolver Ubaldini falleció cerca de las 19 horas de este domingo en una clínica de Buenos Aires, en la cual se encontraba internado desde mediados de octubre pasado víctima de un cáncer de pulmón, invormaron sus familiares.

El ex sindicalista y diputado nacional bonaerense se inició como gremialista a comienzos de la década del 60, de la mano del histórico Sebastián Borro, del frigorífico Lisandro de la Torre, aunque fue cesanteado luego del golpe militar de junio de 1966.

Hijo del obrero de la carne Antonio Victoriano Ubaldini, y de la costurera Carmen Guida, Ubaldini nació el 29 de diciembre de 1936 en el porteño barrio de Mataderos y, en 1972 –el año del primer retorno del ex presidente Juan Domingo Perón al país–, fue elegido secretario de la Federación Obrera Cervecera Argentina (FOCA), luego de haber trabajado en la Fábrica de Levaduras.

Ubaldini pasó directamente de la Federación Cervecera a ocupar la secretaría general de la CGT, en 1979. Al producirse la división entre los sectores de Azopardo y Brasil, el combativo dirigente optó por el segundo, de la mano de Lorenzo Mariano Miguel, Diego Ibañez –quienes lo lanzaron al plano nacional– y del histórico sector de "los 25", luego políticamente "renovador".

Con todos ellos, Ubaldini organizó la primera huelga contra la dictadura del Proceso militar, el 27 de abril de 1979, que concluyó con represión y cientos de dirigentes heridos y presos.

Tras la reunificación obrera, en 1984, Ubaldini compartió el cuarteto de secretarios generales cegetista junto a Jorge Triaca (plásticos), Osvaldo Borda (caucho y ex "25") y Ramón Baldassini (telepostales), hasta conducir solo la CGT apenas un año después.

Fue el primer titular de la CGT que participó en una marcha en defensa de los derechos humanos hacia la Plaza de Mayo, el 6 de septiembre de 1985, para exigir el castigo de "los culpables del genocidio padecido por la militancia en la Argentina", y el que decidió 14 paros y otras tantas movilizaciones durante el gobierno radical de Raúl Alfonsín, con su indudable poder de convocatoria.

Con dos matrimonios y tres hijos varones, Ubaldini fue un ferviente católico y militante peronista y, su pasión futbolística, siempre lo tuvo íntimamente ligado al club Huracán.

Alfonsín lo calificó de "mantequita y llorón" y, Ubaldini, no dudó en contestarle en pleno paro y marcha hacia la Plaza de Mayo, en mayo de 1984: "Llorar es un sentimiento. Mentir es un pecado".

En ese entonces impulsó desde la CGT un documento de 26 puntos como alternativa al Plan Austral del ex ministro Juan Sourrouille.

Gran degustador de mate cocido, fumador empedernido y sin conocimiento del manejo de un automóvil, Ubaldini fue también vicepresidente de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), de tendencia socialdemócrata.

Fuente: Télam