El ébola se cobró este martes una nueva víctima, se trata de un médico de Naciones Unidas que fue trasladado desde África a Alemania. En tanto la enfermera española cuyo perro sacrificaron para contener el virus, parecía evolucionar a paso lento. En Londres, el gobierno reforzaba controles en el aeropuerto de Heathrow.
Según informó EFE, el último paciente fatal tenía 56 años; era sudanés y había sido trasladado desde Liberia a la clínica Saint Georg en Leipzig –uno de los siete hospitales que existen en el país con unidades de aislamiento para enfermedades altamente infecciosas– donde murió pasada la madrugada. Era el tercer infectado con ébola trasladado a Alemania desde África; el primero había sido ingresado en la clínica universitaria de Eppendorf, en Hamburgo (norte), donde permanció cinco semanas hasta recibir el alta. También trabajaba para la ONU.
En tanto en la Clínica Universitaria de Fráncfort sigue ingresado un médico ugandés que trabajaba en Sierra Leona para una organización no gubernamental italiana.
Por su parte, Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada de ébola, parecía mejorar. De acuerdo a lo publicado por el diario español, El País, el equipo médico que la atiende se mostró esperanzado ya que su organismo volvió a producir anticuerpos por sí mismo.
En tanto en el aeropuerto inglés de Heathrow, el de mayor tránsito de Londres, se iniciaron controles para detectar casos de ébola pese a que apenas la semana pasada el ministro de Salud, Jeremy Hunt había descartado activar semejante protocolo al entender que el riesgo de contagio en el país era bajo.
Según informó EFE, el último paciente fatal tenía 56 años; era sudanés y había sido trasladado desde Liberia a la clínica Saint Georg en Leipzig –uno de los siete hospitales que existen en el país con unidades de aislamiento para enfermedades altamente infecciosas– donde murió pasada la madrugada. Era el tercer infectado con ébola trasladado a Alemania desde África; el primero había sido ingresado en la clínica universitaria de Eppendorf, en Hamburgo (norte), donde permanció cinco semanas hasta recibir el alta. También trabajaba para la ONU.
En tanto en la Clínica Universitaria de Fráncfort sigue ingresado un médico ugandés que trabajaba en Sierra Leona para una organización no gubernamental italiana.
Por su parte, Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada de ébola, parecía mejorar. De acuerdo a lo publicado por el diario español, El País, el equipo médico que la atiende se mostró esperanzado ya que su organismo volvió a producir anticuerpos por sí mismo.
En tanto en el aeropuerto inglés de Heathrow, el de mayor tránsito de Londres, se iniciaron controles para detectar casos de ébola pese a que apenas la semana pasada el ministro de Salud, Jeremy Hunt había descartado activar semejante protocolo al entender que el riesgo de contagio en el país era bajo.


