El bebé británico que se encontraba en estado terminal y conmocionó al Reino Unido por su enfermedad neurodegenerativa, murió este sábado. Había sido desconectado hace cinco días de la asistencia mecánica, cuando los médicos consideraron que era en vano prolongar el tratamiento.

“Mi gladiador bajó su escudo y se ganó sus alas a las 2.30. Estoy con el corazón roto. Te amo, mi hijo”, escribió Thomas Evans, papá de Alfie.

Alfie Evans es un bebé británico que sufre una enfermedad cerebral degenerativa terminal, y a quien los médicos decidieron desconectar de su soporte artificial, luego de que un tribunal del Reino Unido rechazara un pedido de auxilio de sus padres.

Alfie nació el 9 de mayo de 2016 en estado semivegetativo. Sufría una patología neurodegenerativa para la que no había tratamiento, y que había provocado “daños catastróficos en el tejido cerebral”. Ya no podía ver ni oír; tampoco tenía sentido del tacto o del gusto. Los médicos del hospital consideraban que mantenerlo en vida era prolongar su agonía.

La Alta Corte de Londres, la Corte de Apelación y la Corte Suprema británica avalaron la postura de los médicos de sacarle el respirador al pequeño. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también rechazó la petición de los padres.

El caso generó conmoción en todo el mundo. Hasta el papa Francisco se involucró con varios llamados para pedir que lo mantuvieron vivo; también recibió al papá de Alfie en una audiencia privada.