En la múltiple clasificación de los varones, llega una nueva clase de tipo: el metrotextual. Ya sin importar nada sobre sus abdominales o costumbres estéticas, estos hombres despliegan su seducción y gracia a través de los mensajes de texto. Son propensos a explotar todas las herramientas disponibles de los teléfonos celulares a la hora de expresar sentimientos. Son tiernos y dulces sin hablar, tan sólo apretan una teclita.

De acuerdo a un informe publicado en el diario digital Minutouno.com, el diario El Mundo de España publicó un interesante informe sobre esta nueva clase de “macho”. Son llamados “metrotextuales” porque utilizan los mensajes de celular para manifestar su cariño. Nunca olvidan de firmarlos con una x final que significa “un beso”.

El descubrimiento surgió de un estudio de la empresa de telefonía T-Mobile hecho en los Estados Unidos, donde encontraron que 22 % –o sea, casi una cuarta parte- de los hombres habitualmente finaliza sus mensajes con un beso para sus amigos.

Pero, ¿qué hay más allá de estos tiernos varones adictos a la tecnología? Se sabe que la mayoría de ellos tiene entre 18 y 24 años, de los que el 75 por ciento envía sus besos por celular. Sin embargo, muchos superan los 55 años y no se sonrojan a la hora de escribir una x hacia el final del párrafo.

Es más, el urbandictionary.com define al “metrotextual” como “el hombre heterosexual que usa smileys (esas caritas que se hacen con símbolos del teclado, como :), etc.) en sus mensajes de texto. O sea, a todo el que demuestre cualquier tipo de sentimiento hacia sus pares en un sms.

Ron Bracey, psicólogo clínico, argumentó que los hombres siempre fueron tradicionalmente reacios a expresar sus sentimientos con sus amigos y tienden a mantenerlos ocultos. Pero, consideró que “la llegada de los teléfonos celulares supone que hay más comunicación no verbal y parece que a través de ella los hombres pueden compartir mejor sus sentimientos con otros, en especial con amigos del mismo sexo”.

Trabajador de una agencia de seguros, Nick Kirkham, de 25 años y “metrotextual asumido”, comentó que él y sus amigos hace años que se mandan besos. “De hecho, salvo mi jefe o un cliente de trabajo, no hay nadie a quien no enviaría uno”, reveló.