Desde Mar del Plata

La tarde en el predio de Cadetes fue tomando temperatura, y esto no fue por única causa del sol impiadoso o la falta de bebidas para refrescar las gargantas. Se vivieron algunos momentos realmente calientes, tanto adentro de la cancha como en la pequeña tribuna en la que se apostaron los numerosos y ruidosos hinchas de Newell’s y Gimnasia que fueron a ver el partido.

En principio fueron algunas cargadas esporádicas entre los simpatizantes de uno y otro club, que no pasaban del “los gatos no se comen” para los rosarinos, o “se van para la B” hacia los sufridos hinchas triperos. Pero el ambiente se tornó espeso de a poquito, y en esto tuvo mucho que ver lo que sucedió en el césped.

Los del Lobo se ensañaron con Agustín Alayes, Cristian Sánchez Prette y Rolando Schiavi, tras sus pasos por Estudiantes. Y los leprosos, para no ser menos, descargaron toda la artillería contra el ex canalla José Vizcarra.

Despuéas llegó el gol de penal de Boghossian –que generó insultos de los triperos al árbitro-, y la jugada que terminó de poner al rojo vivo la tarde marplatense: a los 13 minutos del segundo tiempo, Hugo Barrientos y Lucas Castro se repartieron puñetazos tras una pelota dividida, y como ambos volantes no paraban de insultarse y provocarse, el árbitro ordenó la sustitución de ambos.

De ahí en más, los chispazos entre los hinchas fueron subiendo de tono, y en varias ocasiones todo estuvo a punto de estallar. Por suerte, la caída de la tarde calmó los ánimos y, salvo una reacción de Sánchez Prette contra algunos desaforados que lo insultaban, todo quedó ahí.

Es más, la jornada terminó con carcajadas, debido a las ocurrencias de un grupito de leprosos que, ayudados por algún aperitivo ingerido con anterioridad, entonaron: “Tomála vos, dámela a mí, es el equipo de Sensiní”. La extraña acentuación hasta motivó la amplia sonrisa del DT de la Lepra.