El arzobispo de la ciudad de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, sostuvo este martes que “no hay que culpar a Dios de la crisis” que generaron las lluvias. Lo dijo como una forma de contestarle al gobernador Jorge Obeid, quien sugirió con ironía buscar respuestas religiosas ante el fenómeno que inundó la provincia.

Pero Arencado salió al cruce consultado por la radio de la Universidad Nacional del Litoral y reclamó “una respuesta del Estado ante los problemas estructurales”, según citó la agencia DyN.

El alto prelado señaló además la necesidad de “buscar la verdad” y recordó también las inundaciones del 2003, donde hubo 23 muertos y 130 mil personas afectadas.

Para Arancedo, “falta una respuesta desde el Estado, Santa Fe necesita defensas y necesita bombas” y agregó que “falla la confianza entre los ciudadanos”.