La Justicia española condenó este lunes a Eduardo y Gustavo Juliá por narcotráfico al intentar ingresar un jet con 944,5 kilos de cocaína a España el 2 de enero del 2011. Deberán enfrentar trece años de cárcel y pagar 140 millones de euros.

Arrestados desde entonces junto con el piloto Matías Miret –absuelto por el juzgado de Instrucción 2 de El Prat de Llobregat–, los hijos del ex brigadier José Juliá –quien ocupó la jefatura de la Fuerza Aérea Argentina entre 1989 y 1993– y Miret, obtuvieron la condena solicitada por la fiscalía, pese al pedido del abogado de los argentinos, Carlos Broitman, de declarar nulo el debate oral por considerar que fue "irregular" la inspección del jet Bombardier Challenger 604 realizada en el aeropuerto de Barcelona. Durante el peritaje de aquel entonces, la policía encontró la sustancia ilegal oculta en el interior del tapizado de un sofá cama y en los huecos de un armario refaccionado.

Según el fiscal, la cocaína incautada resulto ser de "una pureza media del 83 por ciento" y "hubiera alcanzado en el mercado clandestino un valor 32.116.778 euros", por lo que acusó a los tres imputados de cometer "un delito contra la salud pública en su modalidad de sustancias que causan grave daño a la salud, con la circunstancia de extrema gravedad por el uso de una aeronave como medio de transporte específico".

Una semana después de iniciado el juicio, la audiencia de Barcelona dispuso la excarcelación de Miret, una decisión que anticipaba la absolución de este lunes.