La fecha 13 no tiene nada de yeta para Newell´s. Que viajó a Bahía Blanca con las valijas llenas de ilusiones. Sabiendo de la caída de Vélez y conociendo cabalmente la chance concreta de tomar la punta, que ahora comparte con Boca tras el empate xeneize en Rafaela. Y la Lepra no defraudó. A pesar de un comienzo vacilante, se repuso pronto de una desventaja y fue construyendo pacientemente un éxito por 2-1 sobre Olimpo.

Le costó muchísimo a la formación de Martino quedarse con los tres puntos. De hecho, contó con la inestimable actuación de Sebastián Peratta, que otra vez tapó pelotas de gol en momentos clave y hasta participó activamente del gol del empate, de un incalculable valor sicológico por la rapidez con la que puso las cosas iguales tras el tanto de Laso. El Flaco vuelve a tener el nivel de aquel certamen que Newell´s peleó hasta el final con Sensini y allí hay otra señal de lo que un equipo como este puede dar.

Los dos tuvieron lo suyo en los 90 minutos. El comienzo fue equilibrado, con escasas aproximaciones sobre los arcos, casi como un round de estudio que duró quince minutos, cuando Maximiliano Laso le rompió el arco a Peratta luego de un atajadón del propio golero ante una jugada posterior a un agarrón sobre Domínguez. El efecto del 0-1 no se sintió en la Lepra, porque tres minutos después Peratta tomó un balón, mandó un disparo largo, Urruti la aguantó y cedió para Figueroa, que engañó a Ibáñez con un disparo bajo y logró la igualdad.

Ese gol activó el circuito futbolístico ñubelista. Que empezó a tener más la pelota, a hacerla circular, a llegar sobre el guardameta local como en ese disparo externo de Pérez que Ibáñez mandó al córner o un tiro tibio de Sperduti que detuvo el 1. Así se fue la primera parte, con la sensación de que los rosarinos podían dar un poco más ante un oponente jugado por su promedio, que caminaba por el peligroso sendero del nada que perder.

El complemento se hizo ordinario. Ambos se neutralizaron en el medio y eligieron los centros. Newell´s recién llegó claramente a los 19’, cuando Díaz le metió un pase-gol a Pérez, que fue tapado justo cuando iba a patear. Y Olimpo tendría, a los 26, una acción que acabó siendo determinante: porque uno de los suyos quedó mano a mano con Peratta y el portero rojinegro, leyendo un segundo antes que todo la jugada, achicó prontamente para impedir el segundo. Tres minutos después, se desencadenó el episodio decisivo: el gol de Pérez.

Víctor Aquino salió airoso de un embrollo en tres cuartos de cancha y habilitó fabulsamente a Pablo Pérez, quien emprendió una veloz carrera hacia el arquero, metió una gambeta larga y mandó el balón al fondo de la red. Quedaban quince minutos para el epílogo, que tuvieron de todo: un nuevo atajadón de Peratta ante un cabezazo de Musto a los 39’, otra mejor del golero Ibáñez ante un disparo de Tonso a los 43’ y el final, con Olimpo penando y resignado por su promedio y con Newell´s dándole rienda suelta a su ilusión. Esa que crece fecha a fecha, al ver que este equipo forjado por Martino no parece temerle al desafío que le generan sus propias buenas actuaciones.