Defraudaron. Pero en esa decepción por el juego, hay un negocio. Y es que el hizo Newell’s. Porque en el marco de su objetivo primario, el de escaparle a los últimos lugares de la tabla de promedios, sumó de visitante. Y contemplando la ilusión de pelear el torneo, se trajo de una cancha difícil una unidad valiosa. Nada más. Y nada menos.

No jugó bien la Lepra. Tampoco lo hizo Belgrano. Ambos se neutralizaron, jugaron a no desarmarse, el rojinegro tratando de darle entidad a su premisa de posesión, el Pirata buscando entregarle el balón a Carranza para que desnivelara. Contando la calidad de las situaciones de gol, quizás haya sido el conjunto rosarino el que más cerca estuvo. Pero ya es hilar muy fino y eso no basta para romper la paridad general.

El elenco del Tata no se despegó de su libreto: respeto al balón, salida desde abajo, búsqueda paciente de los espacios. Que en realidad nunca encontró. En el primer tiempo, las dos más claras fueron para la escuadra del Parque: un tiro libre de Heinze bien colocado que mandó al córner Olave y un cabezazo de pique al suelo de Maxi Rodríguez que el propio 1 despejó. Sólo eso. De los celestes, solo se cuenta un disparo desviado de Zapata.

Tras el descanso, la formación ñubelista perdió precisión. Y los cordobeses se adelantaron, proponiéndole una presión en el mediocampo que le hizo perder la pelota a la Lepra. De todas maneras, Belgrano tampoco tuvo luces para preocupar demasiado. Sí contó con dos chances: a los 15’, una doble ocasión que primero tapó Heinze y luego Farré culminó con un zapatazo por arriba; a los 32’, otra salvada del Gringo con la cabeza en el área chica. De Newell’s, solo una trepada de Vangioni que acabó afuera. Y punto.

El invicto de Nahuel Guzmán, la solidez defensiva con Heinze como abanderado, la unidad que le sirve para seguir sumando en su lucha en la tabla de promedios y ese mismo punto que lo mantiene arriba en las posiciones del certamen son las cosas positivas que se trae de Córdoba el equipo de Martino, que aunque siguió respetando el balón, mostró esta vez una merma evidente en su volumen de juego. Trabajo para el Tata, que al menos podrá encarar la búsqueda de una mejora con la tranquilidad de que vuelve con algo en la valija.